Los cibernautas cubanos denuncian el bloqueo del popular servicio
de estadísticas Google Analytics. Algunos expertos ven en la medida
un intento de EE.UU. para impedir el desarrollo de las
comunicaciones electrónicas de la isla.
Cuando intentan acceder a esta página, los isleños reciben un
mensaje que remite al espacio del Departamento del Tesoro, el
organismo que vigila el cumplimiento de las sanciones
norteamericanas contra el país caribeño vigentes desde 1962.
Google Analytics permite a los usuarios conocer datos
estadísticos sobre sus sitios, tales como el número de visitantes y
sus lugares de origen. Los cubanos solo podrán revisarlos ahora
desde fuera de la isla.
Según opinan varios expertos, el bloqueo del acceso a algunos
recursos informativos es sólo una pequeña parte de las sanciones
impuestas por EE. UU., que de acuerdo con especialistas impiden el
desarrollo del sector de las comunicaciones electrónicas de la isla.
"Al bloquear esto sin previo aviso nos quedamos sin posibilidad
de este servicio. Es una expresión más de cómo se ejecuta el bloqueo
norteamericano, no sólo de espaldas a la opinión pública mundial,
sino también utilizando todas estas políticas para acusar luego a
Cuba de enemigo de Internet", comentó a RT Rosa Miriam Elizalde,
editora del portal ‘Cubadebate’.
Por su parte, Google ha indicado en un mensaje enviado por correo
electrónico a la agencia AFP, que, al igual que otras empresas
estadounidenses, simplemente cumple con los controles de
exportaciones de EE. UU. y las sanciones que limitan el suministro
de ciertos servicios en ciertos países.
"Para cumplir con esas leyes, nuestras reglas de servicio siempre
prohibieron la utilización de Google Analytics en países
sancionados", afirma la empresa. "Ahora también se ha instalado una
traba técnica", agrega.
En la lista de países donde los productos y servicios de Google
son sometidos a sanciones figuran Cuba, Birmania, Irán, Siria,
Sudán, y Corea del Norte, es decir todos aquellos que forman parte
del ‘Eje del mal’, un término empleado por el ex presidente de EE.
UU. George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre, lo que,
según analistas políticos, sirve de cortina de humo para las
campañas que emprende el país norteamericano contra sus denominados
‘enemigos’.