Economía de Salud en la Capital
Terapias contra el descontrol
LISANDRA FARIÑAS ACOSTA
Prevenir es la única garantía para preservar; premisa que puede
corroborarse si se analizan detenidamente los hechos delictivos
ocurridos durante los años 2007 y 2008 en más de 15 unidades de
salud de la capital, con pérdidas significativas.
El
control estricto de recursos como los medicamentos es imprescindible
para la sostenibilidad y eficiencia del sistema de salud.
Según datos ofrecidos a Granma por la vicedirección
económica provincial de Salud Pública en La Habana, en el 2007
fueron 223 los delitos detectados en varias instalaciones de salud,
con una pérdida al presupuesto del Estado de diez millones 200 mil
pesos. Al año siguiente se detectaron 171 casos de corrupción, y se
malversaron cuatro millones 300 mil pesos.
Si bien a partir de la intervención de las autoridades de la
provincia y otros organismos como el antiguo Ministerio de Auditoría
y Control —hoy Contraloría General de la República— en los años
posteriores los hechos delictivos y sus consecuentes pérdidas se
redujeron, no pueden ser ignorados y menos aún si ocurrieron en un
sector tan sensible como la salud pública.
El robo de nóminas, al falsearse su monto total contra el
efectivo extraído del banco, y el desvío de recursos de la
agricultura, a partir de frecuentes negocios de las administraciones
con cooperativas fuera y dentro de la provincia, o robo de recursos
materiales, fueron los principales delitos identificados.
Lógicamente, con los responsables de cada una de estas ilegalidades
se tomaron las medidas pertinentes.
Mucho se ha trabajado desde entonces, lo que sin duda permite
mostrar hoy un panorama diferente. Hasta el mes de marzo del
presente año solo se habían detectado 11 hechos, con una pérdida de
5 500 pesos.
Ahora bien, de ninguna manera la corrupción, el delito y las
ilegalidades pueden ser reducidas a un problema estadístico. En
reiteradas ocasiones Gladys Bejerano, Contralora General de la
República, ha puntualizado que "el asunto no es decir que tenemos
control porque disminuimos de un año al otro los presuntos hechos de
delito, la cuestión es impedir que ocurran porque en ello está
involucrada la existencia de la Revolución".
SUPERVISAR, FISCALIZAR... PROTEGER
La acción conjunta del Consejo de Administración Provincial (CAP)
de La Habana —en especial de la Vicepresidencia Económica, en las
direcciones de Finanzas, Precios, Trabajo, y la dirección de la
Unidad Central de Auditoria Interna—, del Ministerio de Auditoría y
Control (actual Contraloría) y las autoridades de salud, apoyados
por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC)
fue lo que permitió restablecer la contabilidad en el sistema de
salud de la capital.
Aída Barrios Jorge, vicedirectora económica provincial señaló que
una de las primeras medidas tomadas fue la asignación al sector de
68 auditores emergentes para insertarlos dos años en las unidades de
salud.
"Traían una disciplina de formación y ayudaron mucho en el
rescate de la contabilidad de instituciones que llevaban años sin
presentarla. Esta acción fue apoyada por 13 asesores de la ANEC, los
cuales fueron los tutores de muchas unidades.
"Nos exigieron capacitar al personal de estas áreas y a los
cuadros, por lo general médicos, y es en esta superación donde fue
imprescindible la ANEC, asesoría que actualmente llega hasta nivel
de los policlínicos", indicó.
Medidas como responsabilizar a cada jefe de área organizativa con
el pago de su personal e implementar el certifico de nóminas, fueron
determinantes. Después de la aplicación de este último en el 2008,
la ocurrencia de hechos delictivos se minimizó de manera
significativa.
En cuanto a los hechos relacionados con la agricultura, señaló la
vicedirectora económica que a cada unidad se le asignó una forma
productiva, y se revisó la contratación de acuerdo con las normas
reglamentadas por dietética, estableciéndose a partir de las camas
reales y no de la dotación de camas, como se hacía.
La implementación de la Resolución 60 de la Contraloría General
de la República, referente a las Normas del Sistema de Control
Interno, es otro de los aspectos priorizados. Para ello —refiere
Barrios Jorge— se creó un Grupo de Supervisión y Control, encargado
de velar por el cumplimiento de esta.
Hacia este objetivo Salud Pública dirige todos sus esfuerzos.
Pero, si bien nada puede justificar la desorganización y la
indisciplina, no es menos cierto que el sector se encuentra en una
verdadera encrucijada.
¿CONTROL INTERNO... SIN PERSONAL?
Un total de 58 unidades presupuestadas y cuatro empresas componen
el sistema de salud de la capital, a las cuales se subordina un
universo de 820 unidades, cada una con un presupuesto asignado,
donde se concentran como promedio 77 mil trabajadores, y se genera
gran volumen de recursos humanos, materiales y financieros.
Según explicó Aída Barrios Jorge, el presupuesto asignado este
año para amparar los gastos corrientes y el pago de salarios es de
825 millones 100 mil pesos (CUP). Si se toma esta cifra y se divide
linealmente entre los días de un año, podrá comprobarse que
solamente para gastos de salud en la capital, el Estado eroga
diariamente como promedio dos millones 260 mil 548 pesos, cerca de
68 millones de pesos mensualmente, cifra nada despreciable.
Llevar la economía en estas instalaciones de salud es hoy más
complejo, ya que las áreas de Contabilidad, Recursos Humanos y
Planificación apenas tienen cubiertas el 85 % de las plantillas. Por
ejemplo, una tercera parte de las unidades está sin planificadores.
"Nos faltan muchos jefes de departamento (14 de 62), sobre todo
en el área contable —señala Barrios Jorge—, a lo que se suma que no
recibimos graduados de nivel superior en Economía, Contabilidad o
Ingeniería Industrial desde los años 90. Es algo que hay que revisar
con urgencia".
Al indagar por el plan de ubicación en estas carreras para el
sector de la salud, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
informó que este se ha diseñado en correspondencia con las demandas
que han realizado y la disponibilidad de graduados.
Otra de las limitaciones está dada porque la actividad económica,
en la práctica, responde hoy al vicedirector administrativo, lo que
constituye una violación (el que maneja los recursos no puede ni
debe controlarlos). En los hospitales el vicedirector administrativo
atiende economía, contabilidad, planificación, recursos humanos, más
todas las labores de mantenimiento. Al respecto, señaló la
vicedirectora que la Resolución 90 del Ministro de Salud Pública,
del presente año, aprueba el cargo de vicedirector económico, con lo
cual se erradicaría este problema. Quedaría entonces pendiente
garantizar el personal calificado que asuma dicha responsabilidad.
Además de mejorar las condiciones de trabajo, remuneración y
mecanismos de estimulación, la vicedirección económica provincial
del sector considera continuar la capacitación de trabajadores y
directivos, para garantizar la continuidad del trabajo y el real
funcionamiento de la economía de salud y sacarla, definitivamente,
de la encrucijada de la ineficiencia. |