RÍO
DE JANEIRO, Brasil.— No será con falsas promesas ni sencillas
palabras que podremos concretar esfuerzos para salvar la humanidad
—amenazada cada vez más por los acuciantes problemas
medioambientales. Es por ello que, presidida por el General de
Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, la delegación cubana que participa en la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, considera de
vital importancia preservar los principios aprobados hace veinte
años en la Cumbre de la Tierra.
Sencillo pero cálido, fue el recibimiento, en la mañana de este
miércoles, al Presidente cubano en el aeropuerto internacional Tom
Jobim, de la ciudad de Río de Janeiro, popularmente conocido como
aeropuerto de Galeão debido al nombre de la localidad donde está
situado.
Ubicada al suroeste de Brasil, en la emblemática ciudad de Río de
Janeiro se conjugan mar, ríos, lagunas y montañas para dar vida a la
segunda urbe más poblada del gigante sudamericano. Y justo entre
tanta belleza natural, se han dado cita cerca de cien jefes de
Estado y de Gobierno para participar en la Cumbre sobre Desarrollo
Sostenible Río+20, como continuidad de la primera Cumbre de la
Tierra en 1992 y otras reuniones de alto nivel referidas al
desarrollo sostenible y realizadas en los últimos veinte años.
Río de Janeiro es considerado, además, uno de los principales
centros económicos y culturales brasileños. El Cristo Redentor, el
Pan de Azúcar, las playas de Copacabana e Ipanema, el estadio
Maracanã y el Parque Nacional de Tijuca, son algunos de sus íconos
distintivos.
La ceremonia inaugural de la Cumbre Río+20 tuvo lugar en la tarde
de este miércoles con un discurso de la mandataria brasileña Dilma
Rousseff, en su condición de Presidenta de la Conferencia. Durante
su intervención, se refirió al documento final que deberán analizar
las delegaciones —finalmente consensuado— y en el cual se mantiene
como esencia el respaldo a los principios aprobados en 1992.
Durante la tarde hicieron uso de la palabra, además, un grupo de
jefes de Estado y de gobierno, así como representantes de
delegaciones. Algunos de ellos criticaron el actual sistema
financiero internacional, uno de los principales responsables de la
grave crisis medioambiental que vivimos.
No olvidemos que países desarrollados como Estados Unidos y
otros, continúan ignorando sus responsabilidades internacionales e
históricas con respecto a estos temas y, en vez de adoptar programas
de acción viables, ejercen fuertes presiones para reinterpretar, en
función de sus intereses, la letra de muchos acuerdos
internacionales en esta materia.
Por otra parte, ya está listo el documento final aprobado por los
expertos y que será sometido a consideración de los jefes de Estado
y delegaciones en la sesión final de la Cumbre. Según declaraciones
de especialistas cubanos, el liderazgo asumido por el gobierno
brasileño, resultó de vital importancia para lograr un documento de
consenso.
De esta forma, ha sido posible mantener latente en la agenda
internacional los riesgos que implica el continuo deterioro
ambiental debido a patrones de producción y consumo irracionales. Y
aunque muchos coinciden en valorar que este evento no rendirá los
frutos que veinte años atrás nos dejó la Cumbre de la Tierra,
demuestra que un grupo de países mantiene interés por los temas
medioambientales y sus consecuencias para la subsistencia de nuestro
planeta.
Igualmente, la presencia del Presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros en esta cita, ratifica el alto compromiso que desde
el triunfo de la Revolución mantiene Cuba con respecto a estos
temas, en los cuales somos apreciados como ejemplo a pesar de las
dificultades a que nos enfrentamos y el injusto bloqueo económico
impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.
Más allá del consenso de última hora logrado con respecto al
Documento final de esta cita y además de intentar actualizar el
compromiso global de salvar la Tierra, el mayor reto está en lograr
que lo dicho, diseñado y aprobado desde hace décadas, se cumpla en
todos los países por igual. Solo así podremos garantizar para las
generaciones futuras un crecimiento y desarrollo sostenible de los
pueblos que verdaderamente conjugue los elementos económicos,
ambientales y sociales.