RÍO
DE JANEIRO.— La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, instó hoy a
sus colegas del mundo a asumir en la Cumbre Río+20 compromisos sobre
El futuro que queremos y a mantener las responsabilidades comunes,
pero diferenciadas, sobre el desarrollo sostenible.
"Nuestra conferencia debe generar compromisos firmes en el campo
del desarrollo sostenible. Tenemos que ser ambiciosos", apuntó
Rousseff en discurso en plenaria de la Conferencia de Naciones
Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, iniciada esta mañana con
su elección por consenso como presidenta de la cita carioca.
Somos gobernantes de este planeta, por nuestras manos pasan
decisiones políticas que impactan el crecimiento económico, la
inclusión social y la protección ambiental, sostuvo la mandataria
brasileña.
Aseveró que "tenemos la responsabilidad delante de la historia y
delante de nuestros pueblos de hacer de la Río+20 un momento de
firmar compromisos para el futuro que queremos".
Tras señalar que el desarrollo sostenible puede ser resumido en
tres palabras: crecer, incluir y proteger, Rousseff indicó que la
crisis financiera y la incertidumbre que se cierne sobre el futuro
de la economía mundial da especial importancia a la Río+20.
Rousseff aseguró que la crisis, con países en recesión o
crecimiento muy bajo, problemas en sus cuentas públicas y sistemas
financieros y políticas que afectan a las poblaciones más
vulnerables, evidencian que los actuales modelos de desarrollo
"agotaron su posibilidad de responder a los desafíos actuales".
Refirió que la severa crisis vivida por América Latina en la
década de 1980, del siglo pasado, constituye una experiencia de que
las políticas efectivas para la adversa coyuntura de hoy son las
destinadas a promover el crecimiento económico y no las que lo
restringen.
La recuperación para ser estable tiene que ser global, precisó y
añadió que en un momento como este de incertidumbre sobre el futuro
de la economía internacional, es fuerte la tentación de hacer
absolutos los intereses nacionales, por lo cual está debilitada la
disposición política para asumir acuerdos vinculantes.
"No podemos dejar que eso suceda", subrayó la presidenta y
resaltó que "estoy convencida, y esta conferencia lo demuestra, que
podemos acordar una nueva visión del futuro con objetivos de
desarrollo sostenible en áreas de especial importancia".
Pero, prosiguió, los mandatarios del mundo tienen que ratificar
los compromisos de la Cumbre de la Tierra, Río'92, y rescatar de
ella los principios que aún permanecen en el papel e incorporarlos
efectivamente en las decisiones políticas.
En particular, ejemplificó, el principio de que las
responsabilidades son comunes, pero diferenciadas, lo cual se
traduce en que los países desarrollados realicen mayores esfuerzos
por su responsabilidad histórica con los problemas ambientales.
En ese sentido, Rousseff exaltó "la transferencia de las empresas
más contaminantes del norte al sur dejó una pesada carga ambiental
en países en desarrollo" y acotó que la ayuda para mitigar esa
situación todavía no se hace efectiva, como tampoco se han alcanzado
los compromisos en la reducción de las emisiones de gases efecto
invernadero.
Sobre el texto final de Río+20, la presidenta brasileña adelantó
que reforzará los principios del pasado e incluirá avances
relevantes como que la erradicación de la pobreza es el principal
desafío del mundo, informó PL.