RÍO DE JANEIRO, 19 de junio.— Representantes de los 193 países
participantes aprobaron hoy en sesión plenaria la última versión del
documento final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sostenible, Río+20, reportó PL.
A pesar de que varios países expresaron su descontento con
algunos puntos del proyecto presentado por Brasil, el texto fue
sancionado sin alteraciones, anunció el jefe de comunicación de las
Naciones Unidas para Río+20, Nikhil Chandavarkar, en conferencia de
prensa.
No obstante, el funcionario adelantó que los jefes de Estado y/o
Gobierno que este miércoles inician la sesión cumbre de la
Conferencia, "tienen derecho de cambiar el texto".
Ante el fracaso de la tercera y última reunión del Comité
Preparatorio, Brasil presentó el pasado sábado una versión de texto
final, que concluyeron esta madrugada y que finalmente fue aprobado,
luego de unas tres horas de discusiones, en la sesión plenaria de
esta jornada.
En cuanto a los asuntos que más generaban discrepancias, como el
de los medios de implementación—financiamiento, transferencia de
tecnología y capacitación— y los océanos, Chandavarkar indicó que
fueron sancionados "exactamente como está en el documento".
Tras descartarse una propuesta de los países pobres para la
creación de un fondo con 30 mil millones de dólares anuales, el
texto acordado cita fondos de múltiples orígenes, como privados y de
instituciones multilaterales, para no limitar la financiación a las
ayudas de los países ricos a los pobres.
El documento tiene como base la propuesta brasileña, que redujo
significativamente el número de párrafos del original que venía
siendo negociado en Nueva York y eliminó las partes que generaban
más discrepancias, por lo cual diferentes organizaciones no
gubernamentales (ONG) y organismos internacionales consideran como
poco ambicioso, agrega EFE.
Según negociadores brasileños, los asuntos más polémicos fueron
superados con textos conciliadores y sin muchas especificaciones en
el documento, que cuenta con 283 párrafos distribuidos en seis
capítulos y 49 páginas, tras haber comenzado con un borrador de 200
páginas.
El texto destaca en varios puntos los aspectos sociales, como la
erradicación de la pobreza, la mejoría de la calidad de vida y el
desarrollo sostenible con inclusión social.
En el primer capítulo define el desarrollo sostenible como la
"promoción sustentada, incluyente y justa del crecimiento económico
para crear mayores oportunidades para todos, reducir las
desigualdades, elevar los niveles básicos de vida, promover el
desarrollo social equitativo y la inclusión y promover la gestión
integrada y sostenible de los recursos naturales y de los
ecosistemas".
En torno a la "economía verde", otro tema polémico, el documento
reconoce que "existen diferentes abordajes, visiones, modelos y
herramientas disponibles para cada país, según sus circunstancias y
prioridades nacionales, para alcanzar el desarrollo sostenible".
Las naciones en desarrollo, así como las ONG, denuncian dicho
concepto como una herramienta del capitalismo para apropiarse y
comercializar los recursos naturales, como el agua y los bosques.
En cuanto a la protección de los océanos, en el que se esperaba
un acuerdo ambicioso y concreto, el texto tan solo se refiere a la
necesidad del uso sustentable de la biodiversidad marina y de crear
un mecanismo internacional que pueda tratar el asunto. Chandavarkar
reveló que la Unión Europea y los países africanos quedaron
insatisfechos por la no elevación a la categoría de agencia
independiente del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), otro de los temas polémicos de los debates, que se
extendieron en esta ciudad carioca por siete días. (SE)