La
más reciente campaña de papa fue de las peores de los últimos
tiempos. Se dejaron de producir unas 11 mil toneladas previstas en
el plan y las pérdidas se acercaron a los dos millones de dólares.
De las siete provincias que cultivan el tubérculo solo Matanzas y
Sancti Spíritus no registran incumplimientos.
La situación climática, con una temperatura media del aire por
encima del rendimiento histórico, no fue la más idónea para el
desarrollo de dicho cultivo, básicamente en los meses de febrero y
marzo, pero toda la responsabilidad no es atribuible al clima, según
trascendió en la reunión nacional conclusiva de dicha campaña,
presidida aquí por Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la
Agricultura.
Al evaluar las causas de los incumplimientos, productores y
directivos de los territorios involucrados reconocieron las fallas
en la preparación y desarrollo de la campaña, en la que el país
desembolsa más de 36 millones de dólares.
Rodríguez Rollero adelantó que se adoptarían medidas
administrativas con los incumplidores, pues no se entiende que unos
productores rebasen las 27 toneladas por hectá-reas y otros siquiera
lleguen a las 15, con apenas una guardarraya de por medio, lo cual
indica que en condiciones similares unos logran mayor eficiencia y
productividad que otros.
En el análisis salió a relucir que entre las muchas cosas que no
se hacen bien y determinan los bajos rendimientos agrícolas,
aparecen la falta de previsión a la hora de preparar la campaña, los
problemas fitosanitarios y de diagnóstico, incumplimiento del plan
de riego, no alistar en tiempo la maquinaria, obviar el muestreo del
suelo y del agua, y la falta de capacitación técnica de los
trabajadores que participan en la contienda.
Otros inconvenientes están relacionados con problemas
organizativos, la no realización de la labor de subsolación del área
total a sembrar, dificultades con el fertirriego, atrasos en la
preparación de la tierra y pobre calidad en sentido general de las
labores de cultivo.
Como consecuencia de todo lo anterior, los territorios
incumplidores gastaron más de lo planificado y echaron en saco roto
los cuantiosos recursos que invierte el estado en este cultivo.
Durante la reunión de balance fueron reconocidas las unidades
productoras con más de 22,5 toneladas por hectárea. Se distinguió
como únicas cumplidoras a Sancti Spíritus y Matanzas, esta última
con los mejores rendimientos, y resultó galardonado el matancero
Ernesto Jiménez como el mejor productor de papa del país.
Al dirigirse a los presentes, el Ministro de la Agricultura
insistió en que no hay derecho a repetir los errores en la campaña
papera, todavía necesitada de una mayor integralidad en su
concepción y control.