EL CAIRO, 19 junio.— El expresidente egipcio Hosni Mubarak fue
declarado hoy clínicamente muerto, aunque un equipo médico
multidisciplinario intenta reanimarle, confirmó a Prensa Latina un
funcionario del Ministerio de Información.
Mubarak, de 84 años, fue resucitado esta tarde tras un paro
cardiorespiratorio que sufrió en el hospital de la prisión de Torah,
donde cumple una condena a cadena perpetua por su responsabilidad en
la muerte de más de 850 manifestantes que forzaron su renuncia en
2011.
Sin embargo, esta noche fue internado de urgencia en un hospital
especializado en el barrio de Maadi, en el sur de El Cairo, en medio
de fuertes medidas de seguridad tras sufrir una recaída.
De acuerdo con la fuente, que también se remitió a un despacho de
la agencia oficial de noticias MENA, un equipo de galenos, incluido
su médico personal, batallan por resucitarlo y salvarle la vida.
Clínicamente, ya fue declarado muerto, pero aún tiene signos
vitales, se limitó a comentar el funcionario que requirió el
anonimato.
Fuentes médicas, por su lado, precisaron que el exjefe de Estado
se mantiene inconciente y con respiración artificial en el hospital
militar de Maadi, luego que su corazón dejó de latir y fue
rehabilitado con descargas eléctricas.
Sin embargo, un funcionario del Ministerio del Interior,
familiares y un abogado del exmandatario negaron el reporte médico
de extrema gravedad y aseveraron que estaba inconciente, pero
todavía vivo.
El deterioro de la salud de Mubarak, que gobernó Egipto durante
casi 30 años hasta el 11 de febrero de 2011, fue evidente tras la
condena a cadena perpetua dictada en su contra el 2 de junio, y días
después también estuvo aquejado de una arritmia cardiaca.
La actual situación coincidió con la concentración de cientos de
miles de Egipto en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra
la decisión de la Junta Militar gobernante de limitar los derechos
del próximo presidente del país, tras las elecciones de fin de
semana.
En distintas zonas de la capital conductores accionaron las
bocinas de sus vehículos y residentes salieron a las calles gritando
frases de repulsa al agonizante exmandatario, para quien muchos
egipcios pidieron la pena de muerte por considerar indulgente la
sentencia del día 2.