LONDRES, 19 junio.— El fundador de Wikileaks, Julián Assange,
remitió una carta al presidente Rafael Correa en la que afirma
solicitar asilo político porque se considera un perseguido, confirmó
hoy el canciller de la nación suramericana, Ricardo Patiño.
Assange se encuentra en la misión diplomática de Ecuador en
Londres, y el gobierno ecuatoriano analiza su pedido, asegura Patiño
en su cuenta de Twitter.
La legación, por su parte, informó en un comunicado que el
periodista, sobre quien penden como espada de Damocles la
extradición a Suecia y las presiones de Estados Unidos, se presentó
esta tarde en la embajada para pedir asilo político a Quito.
Assange se encuentra bajo protección diplomática hasta que sea
estudiada su solicitud, lo cual no supone una interferencia en el
proceso judicial actualmente en marcha, añade el texto.
El documento entregado a la prensa explica que Ecuador es
firmante de la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones
Unidas y honra la obligación de revisar todas las invocaciones de
asilo.
Hemos pasado su petición de forma inmediata al departamento
competente en Quito, agrega.
La embajada aclara que la decisión de considerar la petición de
asilo de Assange no debe ser interpretada de ninguna manera como una
interferencia del gobierno de Ecuador en los procesos judiciales en
el Reino Unido o Suecia.
Assange se hizo presente en la legación del país suramericano
exactamente cinco días después de que el Tribunal Supremo del Reino
Unido rechazó reabrir su caso y dio vía libre a su extradición a
Suecia por supuestos delitos sexuales, que el periodista niega.
Según determinó la máxima instancia judicial británica el 14 de
junio, el proceso para la extradición a Suecia dará inicio después
del 27 de junio.
WikiLeaks ha divulgado miles de documentos diplomáticos
confidenciales y comprometedores para diversos gobiernos, en
particular para Estados Unidos, cuya política hegemónica e
injerencista puso al descubierto con hechos concretos.
Por diversas vías, Washington y sus aliados occidentales
presionaron hasta que en diciembre de 2010 Assange fue detenido a
requerimiento de Suecia y mantenido hasta hoy bajo arresto
domiciliario en el Reino Unido.
Su defensa alegó que la orden para su entrega fue emitida por un
fiscal y no por un juez, lo cual legalmente la invalida según los
letrados, pero tres tribunales, incluido el Supremo, fallaron a
favor de la extradición.
Esta cadena de veredictos desfavorables hace que los abogados y
la opinión pública internacional teman que una vez en Estocolmo el
periodista sea entregado a la superpotencia para ser juzgado por
traición debido a la divulgación de cables diplomáticos.