El movimiento Jihad (guerra santa) Islámica en el Líbano
responsabilizó hoy al gobierno de este país de los incidentes en el
campamento de refugiados palestinos de Nahr Al-Bared, que causaron
dos muertos y 10 heridos.
La agrupación, una de las milicias radicales que operan en el
campamento situado en la norteña ciudad de Trípoli, afirmó que los
choques armados de ayer fueron consecuencia de políticas erróneas de
sucesivas administraciones libanesas hacia los desplazados
palestinos.
Culpamos al gobierno libanés por la sangre de nuestro pueblo que
se derramó debido a políticas erróneas... y su insistencia en
encarar (la situación de) los campamentos mediante (las fuerzas de)
seguridad, e ignorando todos los derechos legítimos (de los
refugiados), apuntó.
En declaraciones hechas este martes, Al-Hajj Abu Imad al-Rifaa,
representante en el Líbano de la Jihad Islámica, también rechazó la
presencia del Ejército local en Nahr Al-Bared, donde la seguridad
está a cargo de esa organización que tiene su sede principal en Gaza.
Violentos enfrentamientos se desataron el lunes en esa hacinada
área de la ciudad portuaria de Trípoli después del funeral de un
refugiado palestino, baleado el viernes por un soldado del Ejército
libanés, lo cual provocó 10 lesionados, incluidos tres uniformados.
Durante al ritual fúnebre, varios asistentes a la procesión
lanzaron piedras y bombas de fabricación casera contra un puesto
militar, a lo que los soldados respondieron con municiones reales,
después de haber disparado gases lacrimógenos y balas recubiertas de
caucho.
La tensión ha sido una constante en Nahr Al-Bared, considerado el
más grande de los 12 campamentos que acogen a unos 400 mil
refugiados palestinos en el Líbano, y que en 2007 fue escenario de
combates entre el Ejército nacional y la milicia Fatah Al-Islam,
ligada a Al-Qaeda.
De acuerdo con datos oficiales, entonces murieron más de 400
personas, incluidos 170 soldados libaneses, y unas seis mil
viviendas fueron devastadas.
Los palestinos se quejan de sufrir discriminación en el Líbano,
donde están impedidos de ejercer alrededor de 70 profesiones,
cambiar su estatus o tener propiedades.
La seguridad en los campamentos está a cargo de milicias de las
organizaciones palestinas más influyentes o de grupos armados
irregulares, pues un acuerdo prohíbe al Ejército libanés entrar a
los mismos, de ahí que se limite a custodiar sólo los alrededores,
señaló Prensa Latina.