PINAR DEL RÍO.—Tras permanecer casi un siglo dedicadas a
respaldar la producción azucarera, las tierras del antiguo Central
Manuel Sanguily se estrenan en el cultivo del arroz.
La experiencia responde a un proyecto de desarrollo local,
dirigido a aprovechar las bondades de esta llanura, dotada de suelos
fértiles y fuentes de agua seguras para el riego, donde hace tiempo
la actividad cañera dejó de ser rentable.
Todavía en fase inicial, el programa ya exhibe resultados que
auguran la posibilidad de lograr en un futuro cercano el
autoabastecimiento del municipio de La Palma, un territorio con
relieve mayoritariamente montañoso, que nunca antes se destacó en la
plantación del cereal.
"El cambio es brusco, porque se trata de romper con una tradición
que data de hace alrededor de un siglo. Además, son dos cultivos con
diferencias marcadas. La nivelación del suelo, por ejemplo, nos ha
costado trabajo, porque en el caso del arroz debe ser muy precisa",
comenta Pedro Enrique González, director de la Granja Agropecuaria
Rescate de Sanguily.
Ante esta realidad, las primeras acciones tuvieron que enfocarse
en la capacitación de una fuerza con sobrada experiencia en el corte
de caña y el funcionamiento de la industria, pero con escasas
nociones sobre la siembra de arroz en grandes áreas.
Dotado con un moderno equipamiento que incluye un tractor, dos
máquinas para la nivelación del terreno, un par de segadoras y otro
de trilladoras, el proyecto cuenta, además, con un valioso sistema
de riego diseñado por los propios trabajadores de la granja, con las
tuberías rescatadas del antiguo central.
Desde el 2010, año en que realizaron la primera cosecha, los
números han ido en ascenso. En el 2011, con 72,6 toneladas (de arroz
cáscara húmedo), se triplicó lo logrado el año anterior, y para el
2012, el compromiso es llegar a las 108 toneladas, expone Pedro
Enrique.
Al lado de los grandes polos productores del cereal, las cifras
podrían no parecer relevantes. Pero si se tiene en cuenta el
crecimiento del precio de este alimento en el exterior y su oferta
limitada, puede sopesarse cuán meritorias resultan las iniciativas
de este tipo.
Sobre una superficie de 34 hectáreas, repartidas en tres fincas,
el proyecto prevé continuar sumando nuevas tierras, hasta llegar al
2015 con 106 hectáreas, y una producción de 590 toneladas en la
granja Sanguily.
Para ello cuenta con la asesoría de la Estación Experimental del
Arroz de Los Palacios, la cual ha sido decisiva para la capacitación
de los obreros en la plantación del cereal.
Por lo pronto, tanto en los molinos del Complejo Agroindustrial
Arrocero de la provincia como en los mercados de La Palma, ya se
reciben los incipientes beneficios de esta experiencia. "Y eso que
estamos empezando", exclama Omar González, "machetero de los
buenos", con más de 20 zafras, uno de los hombres que tras el cese
de la actividad azucarera, decidió probar suerte en el arroz.
En el plano socioeconómico, ello contribuye a generar empleos.
Para el poblado de Sanguily, cuya vida giró durante tanto tiempo en
torno al central, significa, además, el punto de partida hacia un
nuevo horizonte.