Tiende puentes la recuperación ferroviaria
GERMÁN VELOZ PLACENCIA
El nuevo puente ferroviario de la ciudad de Antilla, en el
holguinero municipio de igual nombre, puede mostrar el más largo
viaducto ferroviario sobre el mar en la provincia, ya que los
constructores lo extendieron hasta 180 metros, en respuesta a una
exigencia medioambiental para incrementar el flujo de agua de la
Bahía de Nipe hacia la ensenada de Lara, importante hábitat de
animales y plantas.
Con
el puente vuelve a fluir la vida social y económica del municipio
más pequeño de Holguín.
Como muchos antillanos, Noel Borges Góngora, trabajador del
molino de maíz René Ramos Latourt, aprovechó muchos de los ratos
libres para ir con su hijo Jonatan a comprobar el avance de la
construcción del puente. "Ahora sí se reanima nuestra vida social y
económica", señaló jubiloso.
Muchas cosas inspiran su exaltación: el restablecimiento de la
vía férrea asegura que un tren compuesto por una locomotora y cuatro
coches reconstruidos en un taller local, reanude el itinerario a
Santiago de Cuba, con paradas en Cueto, Marcané, Alto Cedro, Mella y
El Cristo. Ello establece una alternativa a la hasta ahora imperante
transportación por carretera en vehículos privados, en la cual las
pocas opciones hacían predominar los altos precios del pasaje.
Nuevamente, puede entrar hasta la Terminal de Antilla el tren
procedente de Holguín, que llegaba hasta un sitio situado a dos
kilómetros de la ciudad, donde los pasajeros debían abordar otros
vehículos para proseguir viaje.
A través del puente también se podrá trasladar la harina de maíz
procesada en el molino, con lo que se debe poner fin al costoso uso
de camiones con rastras en el traslado del producto hasta un centro
de carga en la ciudad de Holguín, a 114 kilómetros de distancia,
donde hoy lo depositan en casillas ferroviarias que parten hacia
diversos puntos del país.
La
reparación de la estación de Cueto forma parte de las acciones de
reanimación ferroviaria realizadas en el territorio.
Igualmente, el viaducto suprime el empleo del transporte por
carretera en el envío de las mieles elaboradas por los centrales
azucareros del territorio a los depósitos de la Planta, desde donde
se embarcan vía marítima para el occidente del país. El año pasado
la instalación recibió más de 8 000 toneladas transportadas con 360
camiones-viajes; sin embargo, ahora es posible hacerlo con 138
carros tanques viajes del ferrocarril.
Uno de los sitios donde la alegría parece no tener fin es el
taller ferroviario de Antilla. Su director, Eric Cruz Zaldívar,
explicó que los daños causados por el huracán Ike, en el 2008, al
viejo puente de madera y su cierre definitivo dos años después,
paralizaron la actividad fabril.
"Ahora sacaremos sin contratiempos la producción. Nuestro
personal tiene habilidades en el acondicionamiento de coches para
uso como comedores, dormitorios y almacenes, de mucho valor para las
fuerzas dedicadas a la recuperación ferroviaria en el país".
Aquí convierten en coches de pasajeros las casillas de carga que
parecen inservibles cuando las reciben. El ejemplo más fresco son
los cuatro vagones del tren Antilla-Santiago.
TAREAS A TODO TREN
Héctor Guillermo López Aballe, director de la Unidad Económica de
Base de Vías, Obras y Construcciones (UEB VOC) Holguín, declaró que
el Ramal de Antilla, con 50 kilómetros de longitud, es la tarea más
importante del programa de reanimación ferroviaria elaborado para el
presente año.
Igualmente, el plan del 2012 contempla colocar en diversos
ramales unas 14 mil traviesas y dar mantenimiento a más de 800
kilómetros de vías, así como construir y reparar alcantarillas y
puentes, sin abandonar la conservación y chapea de las fajas a ambos
lados de los rieles.
El año pasado marcó una etapa decisiva en el restablecimiento de
la calidad de los "caminos de hierro" del territorio, porque a los
277 kilómetros que atendían, le sumaron los cerca de 454
pertenecientes hasta aquel momento al sector azucarero.
"Al concluir el 2011, en las vías que tienen que ver con la
producción azucarera, realizamos centenares de acciones. Por
ejemplo, reparamos cuatro puentes y dimos mantenimiento a diez,
además de colocar más de 4 100 traviesas de hormigón. Cuando terminó
la zafra se registraron 14 incidentes ferroviarios, en lugar de
los 34 que se produjeron el año antes".
El ingeniero Luis Julio Pérez Avilés, máxima autoridad
ferroviaria en la provincia, recordó que en el 2010 en el Ramal de
Antilla fue construido el puente que atraviesa el río Salado.
"Hoy perfeccionamos la organización del trabajo e incrementamos
las exigencias sobre el uso de los recursos materiales y financieros
para terminar a tiempo el puente en construcción sobre el río Guaro,
en el municipio de Mayarí, y acometer de forma paulatina la
reparación de los que cruzan los ríos Nipe y Mayarí, obras
imprescindibles para enlazar los consejos populares de Guatemala,
Felton y Nicaro con el Sistema Ferroviario Nacional.
"Durante los dos últimos años realizamos varias acciones en
instalaciones básicas. Así reparamos el Centro de Carga y Descarga
de la capital provincial y las estaciones de Holguín, Cacocum,
Cueto, San Germán y Antilla. De acuerdo con los planes, ahora les
corresponde a las de Alto Cedro y Mir".
El territorio, dijo Pérez Avilés, tiene bajo su responsabilidad
un importante tramo de la vía férrea central, reconocido por su buen
estado técnico: "garantiza altas velocidades de marcha por la
atención permanente que le ofrecen varias brigadas con fuerzas
calificadas y disciplinadas", protagonistas de la construcción de
los dos puentes del Ramal Antilla.
Para dar consistencia a la línea férrea que
llega a Antilla y preservarla de los embates del mar, fue
necesario arrojar más de 2 000 metros cúbicos de rajón. Para
alistar el nuevo puente ferroviario, 12 hombres
pertenecientes a la Empresa de Obras Marítimas ensamblaron
180 elementos de hormigón, algunos con pesos de diez y 20
toneladas. |
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