Producción cubana de baterías pudo evitar
importaciones Aunque la fábrica
cubana produjo la mitad de las baterías que necesita el país, hubo
una compra exorbitante en el exterior
DILBERT REYES RODRÍGUEZ
La Empresa de Acumuladores XX Aniversario, de Manzanillo, Granma,
dejó para el olvido la depresión productiva, y desde hace cinco años
mantiene un crecimiento sostenido, cuya primera meta es la
satisfacción plena de la demanda nacional.
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El ingeniero Leonardo Boza, director
general de la fábrica. |
La producción de mayo no ha podido
facturarse por inseguridad con los clientes. |
Por largo tiempo, ese propósito ha sido el más preciado sueño de
obreros y directivos de la única planta de su tipo en el país; no
solo por el deseo de reavivar el orgullo local que alimentó durante
su esplendor; sino porque sería el modo de convertir en un sólido
hecho, lo que todavía es una intención en dos palabras: sustituir
importaciones.
Para la fábrica, la aspiración de llegar a las 300 mil baterías
que Cuba necesita anualmente no es una quimera; pues apenas en
cuatro años —del 2007 al 2011— la producción se cuadruplicó, y cerró
diciembre último con 160 mil 100 colocadas en los mercados.
Sin embargo, desconociendo la recuperación de una fábrica cubana
capaz ya de satisfacer más de la mitad de la demanda de la Isla,
varios importadores terminaron comprando en el extranjero, a un
costo millonario, unas ¡309 mil baterías!
A todas luces hubo un sensible error. Al parecer nunca se hizo el
simple cálculo matemático que hubiera impedido
—en virtud de la racionalidad y la sensatez— importar más del
doble de lo necesario, y así evitar el consiguiente perjuicio a la
producción nacional.
La
calidad de la XX Aniversario responde a estándares internacionales.
Pero además de la cantidad física, ¿acaso no hubo un minuto para
razonar el costo por batería, que la cubana cuesta hacerla 79 CUC, y
la compra de la foránea promedió 100 y unos centavos más?
El daño de esta mentalidad importadora es más grave cuando se
corrobora que si esta empresa hubiese tenido el potencial necesario
y hubiera fabricado 300 mil baterías, Cuba habría gastado 15
millones de CUC menos que lo erogado en el 2011 por poner en el
mercado nacional las 469 mil 100 unidades totales.
Y precisamente esa diferencia es dinero suficiente para acometer
inversiones que den la capacidad real a la fábrica de hacer todos
los acumuladores demandados en la Isla.
Proyecciones de este tipo son parte de los fundamentos concebidos
por el Sexto Congreso del Partido, cuando en el Lineamiento 87
estableció: "Propiciar un acelerado proceso efectivo de sustitución
de importaciones, con mecanismos que estimulen y garanticen la
máxima utilización posible de todas las capacidades de que dispone
el país".
UN SINSENTIDO COSTOSO
Parecía que en el 2011 no habría mayores consecuencias en la
comercialización, pero según explicó a Granma el ingeniero
Leonardo Boza, director general de la fábrica granmense,
lamentablemente el abarrotamiento de bate-rías en el mercado, tras
el exceso de importaciones, provocó que hasta hoy se arrastren
significativos atrasos en el cobro efectivo de las v
entas realizadas en los dos últimos meses del año.
A inicios del 2012, el panorama de la fábrica se complicó con dos
problemas: el de las cuentas por cobrar a comercializadoras y
clientes, y el de una producción paralizada en febrero por déficit
de materias primas que no pudieron comprarse a finales del 2011,
debido a la insuficiente capacidad de importación asignada.
No obstante, el ingeniero Boza destacó que gracias al empeño del
colectivo de la XX Aniversario, las producciones de abril y mayo
redujeron el atraso generado con la paralización —no relacionada a
la importación desproporcionada—, y dio por seguro que lo eliminarán
totalmente. El cumplimiento del plan no será un inconveniente,
aseguró.
"Sin embargo —refiere—, la excesiva adquisición en el exterior sí
causó otro problema, ocurrido a finales del 2011, a la hora de
contratar la compra de los volúmenes que fabricaremos en el presente
año. La demanda disminuyó ostensiblemente, y no por casualidad el
negocio fue más difícil con entidades asociadas a las importadoras
que coparon el mercado de baterías extranjeras.
"Una de las secuelas la estamos sufriendo ahora mismo: no hemos
podido facturar toda la producción de mayo, porque los clientes
posibles son inseguros para el pago, y sellar el trato sería como
seguir echando dinero a un saco sin fondo. Preferimos conservar el
valor aquí, hasta encontrar un destino de menos riesgos".
Pero esa búsqueda que debieron asumir, ha generado dificultades
en las gestiones de venta de la empresa:
"Por la situación con las comercializadoras —DIVEP, por ejemplo,
aunque ya viene cumpliendo los acuerdos de pago y ha reducido su
deuda a menos de 600 mil CUC, inicialmente sobrepasó el millón— la
Empresa de Acumuladores se ha visto obligada a ampliar su cartera de
clientes, alterando su rol netamente productivo.
"No es lo mismo conciliar pagos con cuatro o cinco
distribuidoras, que con 80 clientes, uno por uno¼ y lo estamos
haciendo", subraya Boza.
¿SOLUCIÓN POSIBLE?
Como era de esperar, la difícil coyuntura que todavía padece la
manzanillera Empresa de Acumuladores, fue motivo de análisis y
acuerdos para dar soluciones.
Entre todas, la que espera con más ansia la administración del
centro "es la valoración y aprobación de un esquema cerrado de
financiamiento que permita disponer de la divisa a tiempo, y que
además de la importación de materias primas incluya la actividad de
comercialización, a fin de asegurar también un rápido retorno de la
divisa al sistema financiero nacional, garantizar el funcionamiento
de este esquema, y con este la estabilidad productiva de la
fábrica", detalló el director.
Mientras tanto, en virtud de la planificación correcta y racional
que exige con urgencia la economía cubana, debe tomarse como
enseñanza este caso de importaciones excesivas, teniendo capacidad
nacional para sustituirlas, al menos en la mitad.
Aquí no hubo justificaciones posibles, ni siquiera apelando a la
variedad de surtidos (la XX Aniversario produce una veintena de
tipos de acumuladores, desde 45 amperes hora hasta 200), ni a la
calidad del producto (responde a estándares mundiales y el sistema
de gestión de calidad está certificado por la norma ISO 9001 desde
el año pasado). En definitiva, los argumentos que confirman la
ocurrencia de un mal razonamiento, sin visión de país y en
detrimento de su salud económica, obligan a que al menos esta
lección no caiga en saco roto; para que el desarrollo de la Isla se
sostenga cada vez mejor en sus propias posibilidades productivas, y
sustituir importaciones sea al fin una realidad, no una frase hueca
o una buena intención. |