Líderes políticos reaccionaron hoy divididos sobre la utilidad
del diálogo nacional y la posición respecto al conflicto en Siria,
aunque coincidieron en rechazar que el Líbano sea base para el
contrabando de armas al vecino país, señaló Prensa Latina.
Al hacer balance de la sesión de pláticas entre representantes de
distintas fuerzas políticas, que encabezó el lunes el presidente
Michel Sleiman, dirigentes de la oposición insistieron en que el
próximo 25 de junio se aborde el tema de las armas en poder de
Hizbulah.
Más allá del acuerdo para volver a otra sesión de diálogo el
mencionado día, la reunión de ayer afloró viejos antagonismos entre
el Gobierno, integrado por la coalición 8 de Marzo, que encabeza
Hizbulah (Partido de Dios), y el bloque opositor 14 de Marzo,
pro-occidental.
Respecto a Siria, la oposición libanesa, liderada por sunnitas,
ratificó el respaldo a la revuelta de 15 meses contra el Gobierno de
Damasco, al que apoya el oficialismo, sobre todo los chiitas,
incluida la secta alawita de la que proviene el presidente Bashar
Al-Assad.
Sin embargo, analistas valoraron como el mejor resultado del
diálogo el consenso a fin de evitar que el Líbano se convierta en
base para el contrabando de armas e insurgentes a Siria, y el
rechazo a la idea de crear una zona de separación entre ambos
países.
Los líderes políticos acordaron mantener al Líbano lejos de
convertirse en un poder de conflictos regionales e internacionales,
según el comunicado difundido por la oficina de Sleiman.
Pese a los enfrentamientos armados en la zona portuaria de
Trípoli entre sunnitas y alawitas, la nota de la presidencia destacó
el compromiso de todos porque la estabilidad sea mantenida a lo
largo de la frontera compartida (con Siria).
Además, subrayó que no se toleraría ni una zona de separación ni
una base o corredor para el contrabando de armas e insurgentes.
El jefe de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, boicoteó las pláticas
en el palacio presidencial con el argumento de que eran fútiles e
incapaces de abordar (el asunto de) las armas del movimiento de
resistencia chiita Hizbulah, aliado de Irán y Siria.
La referida organización política, que posee la fuerza militar
más poderosa del Líbano, considera su arsenal un elemento decisivo
para la defensa legítima del país frente a Israel, tal como quedó
demostrado durante la invasión sionista de 2006.