De las más disímiles maneras el recuerdo de José Martí acompaña
la vida cotidiana de los cubanos, más este sábado, al cumplirse 117
años de su caída en combate, la evocación se renueva de un extremo a
otro de la geografía insular.
Un punto focal del homenaje está en el cementerio de Santa
Ifigenia, en esta ciudad, donde flores frescas cubren y rodean el
túmulo mortuorio, a nombre de las máximas autoridades del país y el
pueblo cubano.
Al Mausoleo erigido a su memoria acuden niños, jóvenes y adultos
motivados por esa presencia sobrecogedora y agradecidos por el
legado de una vida entera consagrada al empeño de la independencia
nacional y la dignidad plena de sus compatriotas.
Desde hace una década, el tributo al Héroe Nacional sumó una
guardia de honor permanente con una solemne ceremonia militar,
mediante la cual jóvenes cadetes expresan en nombre de Cuba entera
la admiración y el cariño por el más universal de sus hijos.
En el sitio conocido por Dos Ríos, en la actual provincia de
Granma, el 19 de mayo de 1895 cayó abatido por las balas de soldados
españoles el adalid, principal organizador e inspirador de la guerra
necesaria reiniciada apenas tres meses antes contra esa dominación
colonial.
El 27 de mayo sus restos fueron trasladados hasta la necrópolis
santiaguera, tras múltiples avatares porque aún muerto su grandeza
desafió a las huestes enemigas, reportó Prensa Latina.