Entre
tantas y tan variadas propuestas artísticas, la Oncena Bienal de La
Habana también hizo espacio a la muralística callejera, mediante la
presencia del artista El MAC.
Detrás de ese pseudónimo se halla Miles McGregor, un creador
nacido en la ciudad norteamericana de Los Ángeles que pese a su
juventud goza de un notable reconocimiento en su especialidad.
El
MAC es heredero de la tradición artística popular de las comunidades
mexicanas transplantadas a los territorios que Estados Unidos usurpó
a sus antepasados, a la vez que ha recibido la influencia del pop,
corriente que asimila, sin embargo, de una manera oblicua. Incluso
puede asegurarse que hay evidentes guiños a las composiciones de
clásicos como Vermeer o Caravaggio, más tenebrista en ciertos giros
de sus realizaciones.
En La Habana trabajó sobre paredes de la calle G, en el corazón
de El Vedado. Particularmente impactante, por el volumen y la
expresión del semblante y gesto humanos representados, es la imagen
que cubre uno de los laterales de la intersección con la calle 15.
Es interesante en nuestro contexto observar y reflexionar en
torno a lo que nos muestra El MAC: la gráfica en la vía pública es
en su caso un modo de hacer válido y responsable, un acto de
confrontación y comunicación, una afirmación de identidad.