Tres décadas como inspectora estatal

JULIO MARTÍNEZ MOLINA

CIENFUEGOS.— Julia Acacia González González, la única inspectora estatal del Ministerio de Transporte cumplió treinta años en el ejercicio de su labor.

Julia, junto a un compañero, durante su chequeo habitual.

Quien no la teme no la debe, reza el viejo refrán. Por eso, todo aquel que maneja con sus documentos en regla junto a la hoja de ruta actualizada, admira pero además quiere seguir viendo durante muchos años más en su puesto a la curtida inspectora, de proverbial rigor en el cumplimiento de sus funciones.

Sin embargo, los indisciplinados le huyen.

"Inspecciono a todos los autos de todas las actividades, y me muevo constantemente por la provincia. Lo mismo estoy en Cumanayagua que en Aguada", comenta a Granma la muchas veces reconocida trabajadora del cuerpo de inspección.

De forma eventual ella y sus colegas realizan diversos operativos encaminados a la detección de conductores estatales que pasan sin parar con sus autos vacíos por los puntos de recogida, o estacionan pero no recogen pasajeros valiéndose de engañifas.

"No saben que nosotros estamos unos metros más adelante, observando el cuadro para luego comprobar. Cada uno de los tres días del operativo detectamos un promedio de ocho casos de tan grave infracción", dice la inspectora.

"Cuando hacen caso omiso a la señal de alto en dichos espacios violan el Decreto Ley 261, Artículo 1, Inciso j. Pueden multarse de 50 a 75 pesos. Además se informa en resúmenes, tanto al Comité Provincial del Partido como al Gobierno Provincial. Luego son tomadas las medidas disciplinarias extra con los infractores en cada caso, a través de los directores de sus empresas".

Interrogada sobre cuáles son las violaciones más comunes en un día habitual de trabajo (su semana incluye de lunes a domingo, sin receso), Julia refiere que "entre las más regulares figuran las hojas de ruta carentes de origen y destino; o sin el segundo elemento, para ocultar hacia dónde se dirigen".

Igual suelen mostrarnos con frecuencia tales hojas sin folio, pese a que es conocida su ausencia de validez, puesto que ello viola la Resolución 184 y además el Decreto 261, acota.

Pero incluso existen indisciplinados quienes hasta se niegan a entregarnos los documentos a los inspectores, añade. "Entonces lo circulamos a la Policía Nacional Revolucionaria. Más tarde se establecen análisis conjuntos entre la dirección de la entidad del chofer y el jefe de grupo del cuerpo de inspección. Su director está en la obligación de aplicar una medida disciplinaria y en un plazo de 72 horas darnos respuesta por escrito sobre dicha acción".

La profesionalidad de Julia llega a niveles tales que se persona en determinados organismos a comprobar si en la práctica se verificó la medida, pues ha tenido la amarga experiencia de que la timan, al "entrar en arreglo" el jefe con el chofer.

Ella siente devoción por su trabajo. Está convencida de su significado social, aunque lamenta que "todavía falta mucho por ganar a determinados conductores en disciplina y conciencia de ayuda solidaria. Mas hay que poner mano fuerte y rigor, como nos está planteando Raúl, en todos los órdenes. Por eso no se le puede dar tregua al infractor", enfatiza Julia.

 

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