Quien no la teme no la debe, reza el viejo refrán. Por eso, todo
aquel que maneja con sus documentos en regla junto a la hoja de ruta
actualizada, admira pero además quiere seguir viendo durante muchos
años más en su puesto a la curtida inspectora, de proverbial rigor
en el cumplimiento de sus funciones.
Sin embargo, los indisciplinados le huyen.
"Inspecciono a todos los autos de todas las actividades, y me
muevo constantemente por la provincia. Lo mismo estoy en Cumanayagua
que en Aguada", comenta a Granma la muchas veces reconocida
trabajadora del cuerpo de inspección.
De forma eventual ella y sus colegas realizan diversos operativos
encaminados a la detección de conductores estatales que pasan sin
parar con sus autos vacíos por los puntos de recogida, o estacionan
pero no recogen pasajeros valiéndose de engañifas.
"No saben que nosotros estamos unos metros más adelante,
observando el cuadro para luego comprobar. Cada uno de los tres días
del operativo detectamos un promedio de ocho casos de tan grave
infracción", dice la inspectora.
"Cuando hacen caso omiso a la señal de alto en dichos espacios
violan el Decreto Ley 261, Artículo 1, Inciso j. Pueden multarse de
50 a 75 pesos. Además se informa en resúmenes, tanto al Comité
Provincial del Partido como al Gobierno Provincial. Luego son
tomadas las medidas disciplinarias extra con los infractores en cada
caso, a través de los directores de sus empresas".
Interrogada sobre cuáles son las violaciones más comunes en un
día habitual de trabajo (su semana incluye de lunes a domingo, sin
receso), Julia refiere que "entre las más regulares figuran las
hojas de ruta carentes de origen y destino; o sin el segundo
elemento, para ocultar hacia dónde se dirigen".
Igual suelen mostrarnos con frecuencia tales hojas sin folio,
pese a que es conocida su ausencia de validez, puesto que ello viola
la Resolución 184 y además el Decreto 261, acota.
Pero incluso existen indisciplinados quienes hasta se niegan a
entregarnos los documentos a los inspectores, añade. "Entonces lo
circulamos a la Policía Nacional Revolucionaria. Más tarde se
establecen análisis conjuntos entre la dirección de la entidad del
chofer y el jefe de grupo del cuerpo de inspección. Su director está
en la obligación de aplicar una medida disciplinaria y en un plazo
de 72 horas darnos respuesta por escrito sobre dicha acción".
La profesionalidad de Julia llega a niveles tales que se persona
en determinados organismos a comprobar si en la práctica se verificó
la medida, pues ha tenido la amarga experiencia de que la timan, al
"entrar en arreglo" el jefe con el chofer.
Ella siente devoción por su trabajo. Está convencida de su
significado social, aunque lamenta que "todavía falta mucho por
ganar a determinados conductores en disciplina y conciencia de ayuda
solidaria. Mas hay que poner mano fuerte y rigor, como nos está
planteando Raúl, en todos los órdenes. Por eso no se le puede dar
tregua al infractor", enfatiza Julia.