Sembrando vida y esperanza

O. FONTICOBA GENER

Amor, Malleta, Felicidad... son algunos de los nombres que dieron a sus plantas los niños del Hospital Oncológico de La Habana que integran el círculo de interés del proyecto socio-cultural Sembrando Vidas.

 Foto: José M. CorreaLa plantación de árboles contribuye a mejorar la vida actual y la de futuras generaciones, comentó Luis Menéndez.

"Donación-adopción" le llaman a ese método mediante el cual cada infante apadrina tres semillas hasta que alcanzan tamaño mediano, y luego las obsequian a otras personas para que las cultiven hasta su "adultez".

Es así como, desde hace cinco años, las áreas verdes del municipio capitalino Plaza de la Revolución han sido favorecidas con el apoyo de los discípulos de Luis Menéndez, un enamorado de la naturaleza que, de modo autodidacta, se introdujo en temas como la reforestación, la biodiversidad de las especies, el cuidado medioambiental... y fundó, junto a su amigo Alejandro Cabrera, el proyecto Sembrando Vidas por un desarrollo sostenible.

"Inicialmente —explica Menéndez—, la idea era repoblar las áreas aledañas a los sitios donde vivíamos y otras zonas cercanas; pero ante la necesidad social y medioambiental de incrementar el volumen de árboles en todos los sitios del país, decidimos extender el programa al resto del municipio.

"Ya muchas personas me conocen como el hombre de los cubos azules —confiesa mientras sonríe. Cargo con ellos a cada sitio donde planto un árbol para regarlos y darles seguimiento, que es uno de los elementos más importantes de su cultivo, pues no hacemos nada sembrándolos y dejándolos ahí, eso sería matarlos desde el inicio".

Aunque Sembrando Vidas figura como un proyecto dirigido a todos los sectores de la sociedad, la mayor parte de sus integrantes —cerca de 300— pertenece a centros educacionales como la Escuela Especial Manuel Fajardo, la Secundaria Carlos J. Finlay y la Universidad del Adulto Mayor.

En semanas alternas, los integrantes de los círculos de interés habilitados en cada uno de esos espacios mantienen un encuentro con su mentor donde no solo dialogan sobre la reforestación, la naturaleza de los terrenos o la tipología de los árboles, sino que practican lo aprendido sembrando plantas en su comunidad o en los viveros que han construido en sus centros de enseñanza.

De ahí que no resulte extraño ver al grupo del "hombre de los cubos azules" participar en los días dedicados al árbol (31 de marzo), en competencias interescolares, concursos patrocinados por Mi Programa Verde y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, o simplemente plantando posturas en su comunidad.

"En el diálogo con los estudiantes, o con cualquier interesado en el tema —explica Menéndez—, parto de la importancia del arbolado para la vida del planeta y su supervivencia. Para ello no empleo términos técnicos, sino que trato de hacerles comprender, de forma sencilla, cómo plantando un árbol o simplemente dejando vivir otro que ya existe, contribuyen a mejorar la vida actual y la de futuras generaciones.

"Muchas veces las personas no entienden, aunque se repita en nuestros medios de comunicación, cómo el calentamiento global, la tala indiscriminada de bosques, la emisión de gases contaminantes a la atmósfera... pueden afectar su vida, pues como no son elementos palpables a corto plazo, carecen de validez.

"Entonces, lo más importante es hacerles llegar esas ideas de un modo que se acerque a su realidad, y concretar luego ese aprendizaje, que se materializa en este caso dándole más 'pulmones' al planeta".

Precisamente, con ese objetivo el país se ha propuesto alcanzar, para el 2015, un 29,3 % de superficie boscosa, cuestión que no solo implica el desarrollo de sus zonas verdes, sino también el fortalecimiento y preservación de sus ecosistemas, una garantía para la sostenibilidad futura de la Isla.

Puede decirse entonces que, en su empeño, no solo siembran árboles los alumnos de Luis Menéndez; su contribución a la sociedad va más allá de la fútil concepción de quienes hallan en los bosques un nuevo sitio donde protegerse del sol. Y es que Sembrando Vidas es simplemente eso: un proyecto que desde el presente cultiva, más que vidas, la esperanza de alcanzar un futuro mejor.

 

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