Una alimentación variada, junto a una actividad física
sistemática, es garantía de un estilo de vida que promueve bienestar
y contribuye a prevenir la aparición de enfermedades que hoy dominan
el panorama de salud: dolencias cardiovasculares, hipertensión
arterial, diabetes mellitus, osteoporosis, obesidad...
"Ningún alimento por sí solo es capaz de aportar al organismo
todos los nutrientes necesarios para su buen desarrollo y
funcionamiento, porque para ello se requiere consumir más de 40
nutrientes diferentes", alerta el Doctor en Ciencias Armando Ro-dríguez
Suárez, profesor titular e investigador del Instituto de Nutrición e
Higiene de los Alimentos (INHA), radicado en La Habana.
Refiere que para la consecución de una vida sana es indispensable
una dieta saludable; es decir, la que nos suministra todos los
nutrientes requeridos y la energía alimentaria en cantidades
suficientes para el desarrollo de un buen estado de nutrición y, por
tanto, de salud.
Esa dieta saludable, precisa, tiene que ser variada, y debe
incluir diariamente "representantes" de cada uno de los siete grupos
de alimentos considerados básicos, y menciona los cereales y
viandas, vegetales, frutas, carnes y leguminosas, lácteos, grasas,
azúcares y dulces.
Como contribución a esos objetivos, los especialistas del INHA,
con la colaboración de estudiosos de otras instituciones y la
experiencia internacional, han elaborado las Guías Alimentarias para
la población cubana, dirigidas a elevar la cultura en esta rama del
saber, de acuerdo con la disponibilidad y accesibilidad a los
alimentos y otras variables.
Atendiendo a que las prácticas adecuadas para la alimentación y
nutrición saludables se inician desde las primeras etapas de la
vida, una de las dos Guías confeccionadas abarca exclusivamente las
bases para la alimentación de las niñas y niños desde el nacimiento
hasta los dos años de edad; y la otra está dirigida a toda la
población mayor de dos años.
En ambos textos se plasman, en un lenguaje didáctico, los
objetivos nutricionales en cada etapa de la vida, teniendo en cuenta
las características de género, edad, talla, estado fisiológico y
actividad física.
En una ojeada a los alimentos a introducir durante el primer año
de vida de un bebé, observamos que, desde su nacimiento hasta los
seis meses, la recomendación es la lactancia materna exclusiva; a
partir de esa edad, la leche materna debe complementarse con otros
alimentos y se le comienzan a dar jugos de frutas no cítricas, purés
de viandas y vegetales; a los siete, arroz, lentejas, frijoles
negros, yema de huevo cocinada; a los ocho, carnes, pescado, pastas
alimenticias; a los nueve, frutas y vegetales en trocitos, arroz con
leche, natilla, flan; a los diez, mantequilla, judías y garbanzos; a
los once, queso crema y gelatina; al año, un huevo completo,
remolacha, aguacate, pepino, col...
Estas Guías Alimentarias incluyen las tablas de "intercambios de
alimentos" que, como su nombre lo indica, reúnen las cantidades de
un mismo grupo que aportan aproximadamente la misma porción de
energía y macronutrientes. Así, por ejemplo, podemos conocer que una
tasa de leche o yogur se pueden intercambiar por una onza de queso y
que ambos aportan unos siete gramos de proteínas.
Las Guías pueden ser consultadas accediendo al sitio web del
Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos:
www.inha.sld.cu y están disponibles en todos los centros de la
Atención Primaria de Salud para que sirvan de herramienta de trabajo
en la educación alimentaria y nutricional de nuestra población.