DAMASCO. — El gobierno sirio advirtió hoy que no tolerará el
terrorismo y golpeará con mano dura a quienes trabajan para
aterrorizar a los ciudadanos, tras una jornada sangrienta en esta
capital donde murieron nueve personas y otras 30 resultaron heridas.
Mientras observadores de Naciones Unidas prosiguen su labor como
parte de gestiones internacionales para alcanzar un arreglo político
de la crisis, los grupos armados opositores aprovechan para
infiltrarse en áreas civiles, donde prosiguen su actividad
desestabilizadora, apoyada desde el exterior, señalan autoridades.
Un comunicado del Ministerio del Interior al parecer marcará un
giro en el accionar oficial, tras el atentado suicida cerca de la
mezquita de Zein Al Abidin en el barrio de Al Midan, en pleno centro
de Damasco.
El documento concluye con un llamado a los ciudadanos a cooperar
con las autoridades competentes e informar sobre cualquier caso
sospechoso o actividades de los terroristas con el fin de preservar
la seguridad.
Otra bomba explotó dos horas después cerca de la Facultad de
Agricultura en el barrio de al-Adawi, también en esta capital, e
hirió a dos personas que viajaban en un taxi. La carga fue colocada
en el separador de una calle en esa zona, conoció Prensa Latina.
Tambien en horas de la mañana fue detonado un artefacto al paso
de un ómnibus de transporte militar sin causar daños ni víctimas.
Llama la atención que en el área del incidente de Al Midan
individuos armados dispararon contra miembros de la prensa que
acudieron a cubrir los hechos.
En particular abrieron fuego contra el equipo de reporteros del
canal al-Ajdaría y el tiroteó impidió al equipo de la cadena Telesur
llegar al lugar, junto a otros medios de prensa.
Ciudadanos sirios consultados por Prensa Latina piden al Gobierno
que actúe contra los que promueven estas acciones y señalan que el
país abrió sus puertas al plan de la ONU y este no frena a los
terroristas ni el apoyo a sus actos de Estados Unidos, Francia,
Catar, Arabia Saudita, entre otros estados árabes y occidentales.
Los dos atentados terroristas anteriores ocurrieron en la capital
siria el 17 de marzo, cuando dos coches bombas estallaron a las
07:20 hora local (04:20 GMT), uno en el barrio cristiano de al-Qasaa
y el otro en el área de edificios públicos de al-Yamareq, cerca de
la Plaza Omeya.
Los ataques de este viernes de oración en Damasco se unen a las
más de mil 300 violaciones del plan de la ONU por parte de los
grupos armados.