Sequía de varios años en Mayabeque

Estrategia ante la carencia de agua

JUAN VARELA PÉREZ
juan.pvp@granma.cip.cu

La realidad hidráulica de Mayabeque continúa hoy muy desfavorable por el bajo nivel del agua superficial que "almacena" —con apenas el 27 % de su capacidad total —y pobreza en los escurrimientos.

foto: Jorge Luis GonzálezEl canal Pedroso-Güira es una de las alternativas que se emplean para el trasvase de agua.

Los embalses de la provincia siguieron deprimidos en el primer trimestre del año al cerrar este con solo el 74 % del promedio histórico de lluvia, tendencia que se agudizó en marzo, señaló a Granma el ingeniero Francisco Gutiérrez, director de servicios técnicos de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Mayabeque.

Las precipitaciones registran en todos los casos valores muy por debajo de la lámina histórica y también del año precedente, afirman los especialistas.

Este es el primer reflejo, afirmó Gutiérrez, de la reiterada escasez de lluvia, lo cual influye en los volúmenes de agua disponibles en las presas, cuyo potencial es de 293,7 hectómetros cúbicos.

Puede acentuarse la crisis

La situación se torna más crítica al darle valor de uso al agua que se extrae para cumplir asignaciones con el riego agrícola y el consumo de la población. O sea, sale mucha más de la que entra.

No es casual que las presas de más problemas en el acumulado estén en función del riego, y la Mampostón es un ejemplo: de 153,8 hectómetros, le quedan depositados menos de siete, al borde de detener la extracción si cae en el llamado "punto muerto".

Algo parecido sucede en La Ruda y Aguas Claras, encargadas también de suministrar agua para regar plantíos agrícolas. Tales antecedentes prueban que el panorama hidráulico del agua superficial de Mayabeque es muy desfavorable y enrumba, de no venir las lluvias, hacia una época de crisis.

El ingeniero Manuel Aguiar, director de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico, afirmó que, en cambio, en los siete acuíferos que controlan y monitorean, el drama es menos negativo. Por lógica, los niveles descienden en el actual periodo seco, pero aunque existen sus diferencias entre uno y otros, todos rebasan el nivel mínimo permisible.

Jaruco y Aguacate, tributarios de agua a El Gato —que tiene prioridad en el abasto a la población—, y zonas de riego del Este de la provincia, están mejor que el pasado año; no obstante, los técnicos los han declarado, junto a los demás, en "fase de alerta".

La explotación de ambos marcha según lo previsto y en este caso las fallas mayores se localizan en zonas muy puntuales, a causa de la operación del mecanismo.

El sistema que abastece el sur de Mayabeque y Artemisa tiene su fuente principal en el escurrimiento del río de igual nombre, en el cierre de la derivadora Pedroso.

Ante los déficits actuales de las fuentes locales, se probó traer agua desde el río San Juan, mediante el sistema de trasvase Matanzas-Mayabeque.

La complejidad de hoy radica en la carencia del escurrimiento que se planificó, influida por una sequía que rebasa los cuatro años, causante de que el río Mayabeque tenga escurrimientos inferiores al 46 %.

Darle un uso óptimo al agua disponible, aplicar los mecanismos técnicos y organizativos existentes para evitar el derroche y los gastos innecesarios, son divisas de un territorio sin poderosos embalses, pero que enfrenta compromisos de envergadura: garantizarles agua a sus 11 municipios, a la capital, y a los cultivos bajo riego.

 

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