Fumar, ¿es hábito, adicción o dependencia?

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

foto: otmaro rodríguezPara esclarecer esta interrogante —fumar, ¿es hábito, adicción o dependencia?— conversé esta semana con el científico cubano Ricardo González Menéndez, Académico de Mérito, Doctor en Ciencias y Profesor Consultante del Servicio de Adicciones del Hospital Psiquiátrico de La Habana "Doctor Eduardo B. Ordaz".

Tiene que ver, afirma, con las tres categorías que mencionas, que se van estableciendo de manera progresiva en muy corto tiempo.

Veamos: Es, desde su inicio, un hábito tóxico, por tratarse de una conducta reiterada que llega a automatizarse y hasta convertirse, de cierta manera, en un ritual.

En menos de un mes se agrega la adicción, que es el deseo de experimentar nuevamente el efecto de la nicotina cuando eleva una sustancia llamada dopamina, que activa el circuito del placer en la región inferior del cerebro, pero en menos de tres meses, asegura el profesor González, se establece la dependencia, etapa durante la cual la nicotina llega a incorporarse al organismo como si fuese necesaria para su funcionamiento y, cuando falta, el "cuerpo" la "exige" en forma de carencia, similar a la necesidad de agua o de alimentos.

Con el transcurso de solo tres meses la "urgencia" de la próxima "cachada" ya no persigue reproducir el placer de las primeras etapas cuando el fumar era solo hábito y adicción, sino evitar el displacer de la abstinencia. En pocas palabras, subraya, se comienza el consumo buscando placer y en breve tiempo se fuma para evitar sufrimiento.

Es por tanto un hábito totalmente insalubre que, como un relámpago, se transforma en adicción y de inmediato en dependencia.

Este enemigo, concluye diciendo, mata actualmente a seis millones de seres humanos, cifra mayor que la suma de todas las muertes mundiales anuales por sida, suicidios y fatalidades de tránsito.

 

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