Con
la nacionalización del 51 % de los activos de la compañía
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el Gobierno argentino busca
recuperar su soberanía sobre este recurso estratégico para el
desarrollo e industrialización del país, en medio de una difícil
coyuntura económica mundial, opinan varios analistas
internacionales.
Argenpress reporta que la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner envió al Congreso un proyecto de ley que declara a YPF como
una empresa de interés público para lograr el autoabastecimiento de
hidrocarburos, y dispone la expropiación del 51% del patrimonio de
esa sociedad, subsidiaria de la compañía española Repsol.
Fuentes oficiales apuntan que un Tribunal de Tasaciones
determinará cuánto pagará Argentina por las acciones de la empresa
española, que posee actualmente el 57,4 % de los activos y verá
reducida su participación a poco más del 6 %.
El decreto, que ya entró en vigor, establece también la
"intervención transitoria de YPF por un plazo de 30 días con el fin
de asegurar la continuidad de la empresa, la preservación de sus
activos y de su patrimonio, el abastecimiento de combustibles y
garantizar la cobertura de las necesidades del país".
El proyecto ya fue aprobado en las comisiones del Senado de
Asuntos Constitucionales, Energía, y Presupuesto y Hacienda, y será
sometido a votación en el pleno de la Cámara el próximo 25 de abril.
El Gobierno argentino había cuestionado con anterioridad la
política de Repsol-YPF, que bajaba año tras año su producción de gas
y petróleo, lo cual obligó a Argentina a importar combustibles por
más de 9 000 millones de dólares en el 2011, poco menos que el total
del superávit comercial del país, según cifras oficiales.
La compañía YPF, fundada en 1922, estuvo a la vanguardia de la
participación estatal en la explotación del petróleo hasta que fuera
privatizada durante el gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999),
como parte de la vorágine neoliberal de la década de los noventa,
que dejó a Argentina en banca rota a comienzos del siglo XXI.
La mayor empresa energética argentina conservará su estatus de
sociedad privada, pero el 51 % en manos pública se dividirá entre el
Estado Nacional y las provincias productoras. Según la Casa Rosada,
con esta medida se busca la "maximización de las inversiones", la
"promoción de la explotación y comercialización de los hidrocarburos
con alto valor agregado" y la "explotación racional" de esos bienes.
Además, la Presidenta refirió en el discurso de presentación del
proyecto de ley que Argentina es "el único país de Latinoamérica —y
yo diría casi del mundo—que no maneja sus recursos naturales", y
agregó que su administración ha demostrado que el Estado puede
manejar con eficiencia las riquezas del país.
Prensa Latina reporta que varios presidentes de América Latina y
organismos multilaterales han expresado su apoyo a la decisión
argentina, con la cual la nación rioplatense se suma a otros países
de la región como Brasil (Petrobras) y Venezuela (PDVSA), que han
convertido a la explotación de los hidrocarburos con participación
estatal en un impulsor del crecimiento económico y de reducción de
las desigualdades sociales.