La decisión soberana de Argentina de nacionalizar el
51 por ciento de la petrolera YPF fue cuestionada hoy por la
Comisión Europa (CE), ante un posible daño de los negocios con el
país suramericano.
El representante de Comercio de esa entidad, John
Clancy, consideró que una expropiación de la mayor empresa
argentina, controlada por la española Repsol-YPF, es una señal
negativa para los inversores nacionales y foráneos.
El revuelo por la anunciada nacionalización de YPF
se extendió a la Unión Europea, a pesar de que ese bloque no dispone
de mecanismos jurídicos para presionar al gobierno argentino y
desista de su decisión en relación con una empresa de la comunidad
europea.
Un acuerdo marco de comercio y cooperación económica
de 1991 entre la CE y Argentina permite la cooperación y acciones
conjuntas, pero no otorga la posibilidad de emprender acciones
contra el país suramericano en tales temas o relacionados con las
inversiones.
Tampoco la Organización Mundial del Comercio tiene
potestad para la protección de las inversiones y no existen
compromisos de Argentina en relación con esas decisiones.
Por esas razones la UE no puede inmiscuirse con el
pretexto de compromisos legales multilaterales o bilaterales.
En tal sentido, Clancy aseguró que la CE aspira a
que España y Argentina lleguen a una solución de mutuo acuerdo para
que no se dañen sus relaciones comerciales y empresariales.
Recordó que solo puede la vía diplomática, ya que la
decisión argentina se produjo a pesar de que el presidente de la CE,
José Manuel Durao Barroso, mostró su preocupación a la presidenta
Cristina Fernández y pidió respeto a los compromisos con las
inversiones extranjeras, informó PL.