En nuestro país existe un Programa Nacional para la Atención 
			Integral del Hemofílico, jerarquizado por el Instituto de 
			Hematología e Inmunología (IHI) del Ministerio de Salud Pública, que 
			permite brindarles a los pacientes asistencia especializada y 
			capacitación sobre el comportamiento de esta dolencia, y contribuir 
			con ello a una adecuada integración social.
			En el Registro Nacional a cargo del IHI se incluían hasta ayer 
			412 enfermos de hemofilia, quienes reciben un seguimiento médico 
			sistemático en los servicios de Hematología de todo el país.
			La información fue ofrecida a Granma por la doctora Dunia 
			Castillo González, responsable de este programa nacional, quien puso 
			de relieve que la hemofilia es una enfermedad de origen genético 
			caracterizada por manifestaciones de sangramientos espontáneos, 
			fundamentalmente en los músculos y las articulaciones.
			Ello se debe a la disminución del factor VIII en la hemofilia A, 
			la más frecuente, o del factor IX (en la B), lo que requiere 
			tratamientos sustitutivos sistemáticos mediante la administración de 
			plasma fresco congelado, crioprecipitado y concentrado de los 
			factores VIII o IX, a un costo millonario para la economía del país.
			Investigaciones realizadas en los últimos tres años sobre la 
			incidencia anual de esta enfermedad en nuestro medio, indican que se 
			diagnostican de ocho a diez enfermos. 
			Esta alteración genética se encuentra en el cromosoma X y las 
			madres portadoras la trasmiten a sus hijos varones. En el caso de la 
			unión de una mujer portadora de hemofilia y un hombre sano, la 
			probabilidad de trasmisión del gen afectado sería siempre del 50 %: 
			es decir, los varones tienen la probabilidad de nacer hemofílicos y 
			las hembras podrían ser portadoras, en la misma proporción, en cada 
			embarazo. Ahora, de un padre enfermo y una madre sana todas las 
			hijas serán portadoras y todos los hijos varones serán sanos. 
			Constituye un elemento preventivo de primer orden, subraya la 
			doctora Castillo, que las mujeres que conozcan o sospechen ser 
			portadoras de hemofilia, acudan a las consultas de Hematología y de 
			Asesoramiento Genético.
			La familia y los pacientes deben tener conocimientos acerca de la 
			enfermedad, que les permitan conocer las limitaciones de estos 
			enfermos y, sobre todo, sus posibilidades de integración a la 
			sociedad. Ellos pueden, siempre bajo la supervisión y orientación 
			médica, incorporarse de forma útil a muchas esferas de la vida 
			social. En Cuba hay un numeroso grupo de hemofílicos que son 
			profesionales y técnicos en diversas ramas del saber.