La calidad también se planifica
YUDY CASTRO MORALES
La introducción en el mercado minorista de materiales para la
construcción de viviendas por esfuerzos propios significó un desafío
para la industria sideromecánica en el 2011.
Fue
preciso esperar a este año para que se empleara un punzón durante el
remachado para evitar abolladuras.
El análisis de esa primera etapa dejó el sinsabor de serios
problemas de calidad en determinados surtidos, y unido a ello, otros
factores como el déficit o la entrada tardía de materias primas,
dificultades tecnológicas en las fábricas y rechazo por altos
inventarios en las unidades de comercio incidieron en varios
incumplimientos productivos.
De ese modo, la "arrancada" alertó sobre cuánto debían prepararse
las entidades del Ministerio de la Industria Sideromecánica (SIME),
para alcanzar en sus entregas los requerimientos de la población.
Y con esos antecedentes es lógico que el 2012 reserve retos
mayores, pues no solo consiste en satisfacer, de forma efectiva, la
demanda que emergió con la venta liberada de los materiales de
construcción, sino la que se ha sumado gracias al otorgamiento de
créditos bancarios —aproximadamente el 80 % responde a intereses
constructivos— y a la aprobación de subsidios para la fabricación y
rehabilitación de viviendas —según expresó la ministra de Finanzas y
Precios, Lina Pedraza Rodríguez, en la pasada sesión de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, lo aprobado este año con tal propósito
asciende a 806 millones de pesos.
En
el establecimiento de Vives # 8, en La Habana Vieja, la mercancía
estaba depositada directamente en la arena y a la intemperie.
Interrupciones
innecesarias
Entre los productos de mayor impacto destinados a las tiendas de
Comercio Interior, Gertrudis Hernández, directora de producción del
SIME, menciona los techos de zinc galvanizado, cuyo alto precio los
ha convertido casi en mercancía de lento movimiento; las puertas,
que presentaron el año anterior deficiencias asociadas
fundamentalmente a la transportación; y las ventanas, las cuales
afrontaron complejos problemas de calidad, hasta el punto de
paralizar su confección a mediados del 2011.
Los reiterados reclamos de los clientes obligaron a revisar el
proceso productivo de este último surtido, tarea asignada al Centro
de Tecnología y Calidad (CTEC), explica Gabriel Hernández, director
del Aluminio en el Grupo de Bienes Capital (GBK), subordinado al
SIME.
"Las nueve fábricas que trabajan la carpintería galvanizada en el
país fueron inspeccionadas y se detectaron dificultades en el diseño
de las ventanas, así como otras referidas a la confección,
almacenamiento y manipulación de la mercancía terminada y las
materias primas".
El dictamen del Centro reveló, además, la falta de un diseño
único para los módulos (dos ventanas dobles, cinco sen-cillas y una
de baño) y la ausencia de homogeneidad en las piezas que empleaban
las diferentes unidades. También calificó de ineficiente el control
de la calidad.
A partir de ahí se elaboró un procedimiento general para la
confección de las ventanas, donde fueron corregidos y estandarizados
cada uno de los requerimientos y, con previa certificación del
Centro de Tecnología y Calidad, las unidades reanudaron sus labores.
Pero algo llama notablemente la atención: nadie consideró que
esta medida, sencilla y básica, debía anteceder cualquier actividad
productiva. Fue preciso esperar por las quejas de los clientes para
luego diseñar estrategias que en su esencia correspondían al punto
de partida. ¿Acaso la planificación no consiste también en crear
condiciones elementales para obtener, dentro de los parámetros
permisibles, artículos de calidad?
Simples
medidas
Luego de la inspección del referido Centro, la Empresa de
Mecanizado y Montaje de Aluminio, AMCA, fue una de las entidades que
más tardaron en reiniciar sus producciones. Sin embargo, los obreros
(similar a lo hecho en otras industrias) han revertido muchas de las
irregularidades afrontadas durante el 2011.
En relación con el diseño, cambiamos el manipulador y aumentamos
el número de remaches para hacer menos flexibles las ventanas,
comenta Reinaldo Enrique Toledo, director general de esta entidad.
Alude, además, el impacto positivo de otras disposiciones, que
por su "complejidad", parecen derivadas del sentido común y no de
análisis especializados:
Si antes nadie chequeaba con exactitud el estado de las materias
primas, por allí comienza hoy la primera evaluación; si el remachado
ocurría directamente sobre los bordes de las ventanas, ahora se
emplea un punzón para evitar abolladuras; las producciones deben
colocarse inclinadas, aisladas del piso y ligeramente separadas
entre sí; el procedimiento para la transportación ha sido normado, y
para mayor asombro, han comenzado a utilizar bancos de prueba. Con
anterioridad le correspondía al cliente comprobar si su ventana
abría.
También las medidas instrumentadas para perfeccionar las puertas
muestran similitudes con las prácticas mencionadas, sobre todo en su
aparente simplicidad.
Lázaro L. Camaraza, director general de la fábrica Estrella Roja,
una de las unidades productora de puertas para los programas del
MINCIN y la vivienda estatal, asegura que los principales
señalamientos recibidos durante el 2011 estuvieron asociados a la
transportación. "La mercancía llegaba al destino final abollada, con
ralladuras... ".
"En función de ello, reforzamos los travesaños; comenzamos a
fijar las puertas al marco para evitar vaivenes durante el traslado;
ahora los clientes están obligados a cargarlas en transportes
cerrados y en posición vertical, ligeramente separadas. De idéntico
modo tienen que almacenarse en el taller", subraya.
El resultado plausible de las soluciones encontradas es que en el
2012 no hemos recibido quejas y estamos cumpliendo con las entregas,
resalta Camaraza. Lo mismo sostiene Reinaldo Enrique: "Ahora salen
de la fábrica productos con mayores requerimientos, sin olvidar que
son surtidos económicos con estándares de calidad determinados".
Afortunadamente, estas aseveraciones fueron respaldadas por
varios clientes entrevistados y por administradores de las tiendas
capitalinas de materiales de la construcción. Incluso, en algunos
establecimientos fue posible comparar la mercancía recibida en el
último cuatrimestre del 2011 (por los altos precios estos surtidos
tienen poca salida) y la recepcionada recientemente... , la
diferencia es significativa.
No obstante, la transportación continua haciendo de las suyas y
el almacenamiento en las unidades de comercio deja mucho que desear.
Antes de llegar al
cliente final
"La comercializadora DIVEP, subordinada al SIME, extrae de las
fábricas las puertas y ventanas terminadas, de ahí las entrega al
MINCIN, y luego este las ubica en las tiendas donde finalmente se
venden a la población", explica Gabriel Hernández. Por tanto, es
fácil deducir cuántos daños puede tener la mercancía antes de llegar
al cliente final.
En la unidad de 33 y Paseo, situada en el municipio habanero de
Plaza de la Revolución, las puertas yacían amontonadas, unas encima
de las otras, con abolladuras (no solo imputables a la desacertada
colocación). Según la administradora Yune Díaz, si las tiene
recostadas a la pared le ponen una multa. ¿Cómo entender entonces
que en la fábrica los procedimientos exijan ese modo de
almacenamiento y allí constituya una contravención?
En cambio Abel Milián, responsable de la tienda # 2 de Centro
Habana, corría el riesgo de ser requerido, pues las puertas y las
ventanas estaban dispuestas verticalmente, aunque reflejaban las
deficiencias fabriles afrontadas en el calendario anterior.
La forma de guardar la mercancía en el establecimiento de Vives #
8, en la Habana Vieja, resultó inconcebible: acostadas directamente
en la arena y a la intemperie. Antonio Follaco, encargado de la
unidad, refiere que no tiene capacidad en sus almacenes para
depositarlas. "He solicitado unirme a una tienda cercana, debido a
estas precarias condiciones, pero no me han dado respuesta".
Poner a la venta un surtido sin pensar en su adecuada
conservación significa irrespetar al cliente, como también lo es
violar las reglas durante su traslado o confección. Los empresarios
deben asumir la calidad y el acabado de las producciones como
requisitos imprescindibles para conquistar el mercado, sobre todo
cuando el expendio es sin subsidios, a precios más elevados. |