Campaña de tomate en Valle de Caujerí

La deshonesta e inaceptable práctica de desviar la producción contratada

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

Los productores de Valle de Caujerí tampoco podrán cumplir este año con la cantidad de tomate contratada con la industria.

FOTO: LEONEL ESCALONAEl incumplimiento en los acopios pone en peligro el plan de la industria.

El fruto que resta en los campos no basta para llegar a las 2 700 toneladas previstas, estimándose un déficit de 400 toneladas.

La entrega a la fábrica fue afectada por el desvío de la producción y por el pobre rendimiento de una de las variedades empleadas, de la que se sembraron 72 hectáreas y rindió muy por debajo de lo esperado, aseguró a Granma Diovanis Hernández López, director de la Empresa Municipal Agropecuaria San Antonio del Sur, a la cual pertenece la estructura productiva de Valle de Caujerí.

Dicha variedad, sembrada en diciembre (algunos opinan que tardíamente), fue afectada por el germivirus, propagado por la mosca blanca.

No obstante el daño ocasionado por la virosis —coinciden directivos y productores consultados— existía tomate suficiente para cumplir con la industria (es la prioridad por lo que representa en la sustitución de importaciones), hecho no concretado por los significativos volúmenes de la hortaliza desviados por no pocos productores campesinos para su comercialización anárquica, con la habitual omnipresencia de los intermediarios.

El Estado cubano invierte más de 47 millones de pesos en obras para el beneficio de los productores de esa importante zona agrícola, como el trasvase por gravedad Sabanalamar-Pozo Azul (en explotación hace dos años), la modernización y rehabilitación del sistema de riego y una industria conservera en construcción.

Representado por el Ministerio de la Agricultura, el Estado les garantizó además a los productores cuantiosos y caros insumos para la campaña de la solanácea: fertilizante balanceado (NPK), fertilizante nitrogenado, insecticidas para tres y medio tratamientos, bioestimulante Fitomat, envases para la cosecha, fungicida para nueve tratamientos y las posturas.

Para esta cosecha se les entregó además 100 mochilas, y las unidades productivas recibieron neumáticos y baterías para los medios automotores que transportan la hortaliza hasta la industria, ubicada en el municipio de Guantánamo. El Estado, por demás, también les asegura de manera subsidiada combustible, agua para riego y la electricidad demandada por los rebombeos.

De manera que resulta lamentable, y a la vez inadmisible, que ante tanto apoyo estatal algunos campesinos actúen como forajidos, incumpliendo los compromisos contraídos con el Estado, solo por la avaricia de ganar un poco más de dinero, desentendiéndose del interés del país y de la mayoría.

Fuentes de la subdelegación de Cultivos Varios en la provincia aseguraron que está en marcha un proceso para aplicar la legislación vigente a los transgresores de la ley y que ya, por ejemplo, varios productores de la Cooperativa de Crédito y Servicios Genaro Ortiz fueron multados por el desvío de la cosecha y el incumplimiento de lo contratado, entre ellos uno con diez mil pesos.

Añadieron que se analiza la posible aplicación de medidas más severas a los incumplidores de sus contratos y causantes de los desvíos.

Esas medidas son independientes a la demanda que deberá establecer la industria ante la Sala de lo Económico del Tribunal Popular por daños y perjuicios causados por las bases productivas, al incumplir lo convenido con ella.

El desvío de parte de la cosecha de tomate principalmente hacia Santiago de Cuba y municipios de este territorio como Guantánamo y Baracoa, lanza un alerta a los directivos de la Agricultura y a las autoridades competentes por lo que pueda suceder en futuras cosechas de la hortaliza y de otras producciones.

Hay que significar, no obstante, que el daño por el producto desviado no fue mayor gracias a la intervención de las autoridades del municipio de San Antonio del Sur y de la provincia, así como del Ministerio del Interior y la propia Agricultura. Unos 25 camiones cargados de tomate fueron decomisados y su carga enviada a la industria.

UN EJEMPLO DE VERGÜENZA CAMPESINA

La Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 17 de Mayo, presidida por Misael Hernández Rodríguez, Diputado al Parlamento Cubano, debió entregar 255 toneladas de tomate a la industria y entregó 301.

¿Cómo pudo sobrecumplir esta cooperativa estando en igualdad de condiciones que las restantes de Valle de Caujerí? Por una estrategia comercializadora que siempre priorizó a la industria, por encima de la Empresa de Acopio y de cualquier otro destino.

Fácilmente esa CPA, una vez alcanzada su meta con la fábrica, pudo vender el resto de su producción a Acopio, que paga el quintal a un precio muy superior, o destinarlo al mercado agropecuario, o a las ferias, donde los ingresos son aún mayores. No obstante, optó por contribuir con lo que más necesita el país, que es el procesamiento fabril del tomate.

Al cumplimiento logrado por esa CPA es prácticamente seguro que se sume el de las dos Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) existentes allí.

Eustasio Samón Lores, presidente de la CPA Solidaridad con Angola, al igual que otros productores, opinan que diciembre constituye un mes tardío para la siembra de tomate en Valle de Caujerí, pues el calor de los meses subsiguientes, cuando están en desarrollo las plantaciones, favorece el azote de las plagas y enfermedades y afecta los rendimientos.

Consultados sobre la diferencia de precios con que la industria y Acopio pagan el quintal de tomate a los productores, tanto Eustasio como Misael consideran que tal vez debiera existir un equilibrio entre ambos importes, es decir, aumentar un poco el de la industria, cuya media es de 55 pesos.

UN PALIATIVO

Ante el daño ocasionado a la industria por el actuar deshonesto de un grupo de campesinos de Valle de Caujerí, la provincia busca reducir esas afectaciones con algún nivel de tomate producido en el valle de Guantánamo y en los municipios de Manuel Tames y El Salvador.

De no llegarse con esas entregas al plan, entonces se reprogramaría la siembra de la hortaliza en lo que resta de año, hasta cumplir el compromiso.

En el 2011, Valle de Caujerí cumplió con todas sus tareas productivas, excepto en leche y en tomate para la industria. El incumplimiento que ahora se reitera en el segundo renglón debe alarmar a las fuerzas que intervienen en la organización y desarrollo de la campaña tomatera, pues las venideras crecerán en área, para así garantizar la materia prima a la industria, en estos momentos en construcción.

 

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