El fruto que resta en los campos no basta para llegar a las 2 700
toneladas previstas, estimándose un déficit de 400 toneladas.
La entrega a la fábrica fue afectada por el desvío de la
producción y por el pobre rendimiento de una de las variedades
empleadas, de la que se sembraron 72 hectáreas y rindió muy por
debajo de lo esperado, aseguró a Granma Diovanis Hernández
López, director de la Empresa Municipal Agropecuaria San Antonio del
Sur, a la cual pertenece la estructura productiva de Valle de
Caujerí.
Dicha variedad, sembrada en diciembre (algunos opinan que
tardíamente), fue afectada por el germivirus, propagado por la mosca
blanca.
No obstante el daño ocasionado por la virosis —coinciden
directivos y productores consultados— existía tomate suficiente para
cumplir con la industria (es la prioridad por lo que representa en
la sustitución de importaciones), hecho no concretado por los
significativos volúmenes de la hortaliza desviados por no pocos
productores campesinos para su comercialización anárquica, con la
habitual omnipresencia de los intermediarios.
El Estado cubano invierte más de 47 millones de pesos en obras
para el beneficio de los productores de esa importante zona
agrícola, como el trasvase por gravedad Sabanalamar-Pozo Azul (en
explotación hace dos años), la modernización y rehabilitación del
sistema de riego y una industria conservera en construcción.
Representado por el Ministerio de la Agricultura, el Estado les
garantizó además a los productores cuantiosos y caros insumos para
la campaña de la solanácea: fertilizante balanceado (NPK),
fertilizante nitrogenado, insecticidas para tres y medio
tratamientos, bioestimulante Fitomat, envases para la cosecha,
fungicida para nueve tratamientos y las posturas.
Para esta cosecha se les entregó además 100 mochilas, y las
unidades productivas recibieron neumáticos y baterías para los
medios automotores que transportan la hortaliza hasta la industria,
ubicada en el municipio de Guantánamo. El Estado, por demás, también
les asegura de manera subsidiada combustible, agua para riego y la
electricidad demandada por los rebombeos.
De manera que resulta lamentable, y a la vez inadmisible, que
ante tanto apoyo estatal algunos campesinos actúen como forajidos,
incumpliendo los compromisos contraídos con el Estado, solo por la
avaricia de ganar un poco más de dinero, desentendiéndose del
interés del país y de la mayoría.
Fuentes de la subdelegación de Cultivos Varios en la provincia
aseguraron que está en marcha un proceso para aplicar la legislación
vigente a los transgresores de la ley y que ya, por ejemplo, varios
productores de la Cooperativa de Crédito y Servicios Genaro Ortiz
fueron multados por el desvío de la cosecha y el incumplimiento de
lo contratado, entre ellos uno con diez mil pesos.
Añadieron que se analiza la posible aplicación de medidas más
severas a los incumplidores de sus contratos y causantes de los
desvíos.
Esas medidas son independientes a la demanda que deberá
establecer la industria ante la Sala de lo Económico del Tribunal
Popular por daños y perjuicios causados por las bases productivas,
al incumplir lo convenido con ella.
El desvío de parte de la cosecha de tomate principalmente hacia
Santiago de Cuba y municipios de este territorio como Guantánamo y
Baracoa, lanza un alerta a los directivos de la Agricultura y a las
autoridades competentes por lo que pueda suceder en futuras cosechas
de la hortaliza y de otras producciones.
Hay que significar, no obstante, que el daño por el producto
desviado no fue mayor gracias a la intervención de las autoridades
del municipio de San Antonio del Sur y de la provincia, así como del
Ministerio del Interior y la propia Agricultura. Unos 25 camiones
cargados de tomate fueron decomisados y su carga enviada a la
industria.
La Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 17 de Mayo,
presidida por Misael Hernández Rodríguez, Diputado al Parlamento
Cubano, debió entregar 255 toneladas de tomate a la industria y
entregó 301.
¿Cómo pudo sobrecumplir esta cooperativa estando en igualdad de
condiciones que las restantes de Valle de Caujerí? Por una
estrategia comercializadora que siempre priorizó a la industria, por
encima de la Empresa de Acopio y de cualquier otro destino.
Fácilmente esa CPA, una vez alcanzada su meta con la fábrica,
pudo vender el resto de su producción a Acopio, que paga el quintal
a un precio muy superior, o destinarlo al mercado agropecuario, o a
las ferias, donde los ingresos son aún mayores. No obstante, optó
por contribuir con lo que más necesita el país, que es el
procesamiento fabril del tomate.
Al cumplimiento logrado por esa CPA es prácticamente seguro que
se sume el de las dos Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC)
existentes allí.
Eustasio Samón Lores, presidente de la CPA Solidaridad con
Angola, al igual que otros productores, opinan que diciembre
constituye un mes tardío para la siembra de tomate en Valle de
Caujerí, pues el calor de los meses subsiguientes, cuando están en
desarrollo las plantaciones, favorece el azote de las plagas y
enfermedades y afecta los rendimientos.
Consultados sobre la diferencia de precios con que la industria y
Acopio pagan el quintal de tomate a los productores, tanto Eustasio
como Misael consideran que tal vez debiera existir un equilibrio
entre ambos importes, es decir, aumentar un poco el de la industria,
cuya media es de 55 pesos.
Ante el daño ocasionado a la industria por el actuar deshonesto
de un grupo de campesinos de Valle de Caujerí, la provincia busca
reducir esas afectaciones con algún nivel de tomate producido en el
valle de Guantánamo y en los municipios de Manuel Tames y El
Salvador.
De no llegarse con esas entregas al plan, entonces se
reprogramaría la siembra de la hortaliza en lo que resta de año,
hasta cumplir el compromiso.
En el 2011, Valle de Caujerí cumplió con todas sus tareas
productivas, excepto en leche y en tomate para la industria. El
incumplimiento que ahora se reitera en el segundo renglón debe
alarmar a las fuerzas que intervienen en la organización y
desarrollo de la campaña tomatera, pues las venideras crecerán en
área, para así garantizar la materia prima a la industria, en estos
momentos en construcción.