BUENOS AIRES. — El envío de un buque misilístico británico de
protección aérea a las islas Malvinas solo puede catalogarse hoy
como una provocación y una militarización de la región, manifestó el
ministro argentino de Defensa, Arturo Puricelli.
No existe en América del Sur una fragata de estas capacidades,
significó Puricelli la víspera al referirse al desplazamiento hacia
el Atlántico Sur del destructor HMS Dauntless, uno de los navíos más
modernos del Reino Unido, país que en 1833 usurpó por la fuerza este
territorio argentino.
El titular de la cartera castrense subrayó en declaraciones a la
televisora pública que semejante proceder "indudablemente hace a una
vocación de Inglaterra de sustentar la usurpación con el único
derecho que es la fuerza".
En ocasión de cumplirse el 30 aniversario de la guerra de las
Malvinas, el pasado 2 de abril, el gobierno británico anunció la
decisión de enviar a la zona en litigio el HMS Dauntless, un
destructor equipado con misiles Sea Viper que entró en servicio en
noviembre de 2010.
Este lunes, el canciller Héctor Timerman acusó aquí a Gran
Bretaña de realizar un bloqueo contra los argentinos al mantener
ocupadas ilegalmente las Malvinas, y condenó además el hecho que
esas islas sean "el territorio más militarizado del mundo".
Timerman recordó que en ese territorio hay un soldado y medio por
cada tres habitantes sin ninguna justificación, porque -subrayó- no
existe amenaza militar alguna.
El propio jefe de la diplomacia argentina había emplazado a
Londres, a fines de marzo último, a brindar garantías respecto a la
ausencia de armamento nuclear en el Atlántico Sur, sin que hasta
ahora emergiera ninguna respuesta de la potencia europea.
Al respecto, la cancillería argentina emitió luego un comunicado
en el cual reiteró su preocupación de que Gran Bretaña viole
nuevamente la zona libre de armas nucleares en el Atlántico Sur, tal
como ya lo hizo en el pasado en forma secreta.
En diciembre de 2003, indicó la nota oficial, el gobierno
británico se vio obligado a admitir públicamente que la Fuerza de
Tareas desplazada a esa zona durante el conflicto de las Malvinas en
1982 "incluyó navíos con armamento nuclear y que, además, ocurrieron
incidentes con motivo de su manipulación".
El texto concluía con un nuevo exhorto al Reino Unido a que
confirme la ausencia de armas nucleares en el Atlántico Sur y cumpla
con las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas, que instan a
ambas partes a negociar para concluir pacíficamente la situación
colonial de las islas Malvinas.