Fiesta del Fuego 2012 en Santiago de Cuba, dedicada a Martinica

Hora y lugar del pensamiento antillano

PEDRO DE LA HOZ

La dedicatoria a Martinica como Invitada de Honor a la trigésima segunda edición del Festival Internacional del Caribe, también conocida como Fiesta del Fuego, que nuevamente organizará Santiago de Cuba entre el 3 y el 9 de julio próximo, permitirá no solamente valorar la riqueza de la cultura popular de esa isla vecina sino también resaltar los aportes de varios de sus hijos a la fundación y desarrollo de un pensamiento original antillano.

Aimé Cesaire. Frantz Fanon. Edouard Glissant.

Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, institución que de manera ininterrumpida ha mantenido el evento, recordó que la cita santiaguera mediante la convocatoria al coloquio El Caribe que nos une privilegia desde su punto de partida el estudio y promoción de la producción intelectual de los pueblos de la región en su diálogo con el mundo.

Precisamente el temario del coloquio priorizará la atención sobre tres figuras martiniqueñas esenciales: Aimé Cesaire (1913–2007), Frantz Fanon (1925–1961) y Edouard Glissant (1928–2011). Cada uno de ellos reveló y defendió aspectos inéditos de la identidad caribeña y dejó un legado apreciable para el completamiento de la emancipación social de nuestras tierras.

Habitualmente se suele pensar en Cesaire como el gran poeta que fue. No caben dudas acerca de la trascendencia de su libro Cuaderno de retorno al país natal (1947), en el que por primera vez acuñó un término polémico: la negritud.

Pero tanto en su poesía, y en la no menos importante literatura dramática que escribió, como en sus ensayos y artículos, en especial Discurso sobre el colonialismo (1950), se hallan conceptos y reflexiones acerca de la condición colonial de los habitantes de los territorios francófonos antillanos, la búsqueda de una voz propia y la dialéctica histórica y cultural entre África y los pueblos nuevos del Caribe.

Algunos, con razón, le reprochan su participación en la vida política de la metrópoli y su papel en la redacción de la ley que maquilló el estatus colonial de Martinica, Guadalupe, la Guajana y Reunión como Territorios de Ultramar, con lo que apostó por la autonomía y no por la independencia. Queda, sin embargo, una frase suya con la que trató de ser consecuente: "Soy de la raza de los oprimidos".

Fanon fue mucho más radical y es hoy por hoy un referente ineludible del pensamiento antihegemónico, anticolonialista, antirracista y antimperialista. La reciente reedición de Cuba de sus obras clave, Piel blanca, máscaras negras, por la Editorial Caminos, y Los condenados de la tierra, por el Fondo Editorial de la Casa de las Américas, han reactualizado sus ideas en el campo intelectual de la isla. El Comandante Ernesto Guevara estuvo entre sus más atentos lectores.

Pocos intelectuales, después de Gramsci y junto al propio Che, analizaron con tanta lucidez el papel de la cultura y del factor subjetivo en la concepción de la lucha por la liberación política y la justicia social.

"El mestizaje no deben ser entendido como aceptación de valores impuestos", escribió Glissant, también poeta y autor de un libro que, editado por la Casa de las Américas, sería oportuno revisitar en el convite caribeño santiaguero, El discurso antillano.

A Glissant se deben aportes sobre el concepto de criollización en las Antillas y en la construcción de la perspectiva de la diversidad cultural, amenazada por la globalización de signo capitalista.

Santiago de Cuba debe ser en julio un espacio para dialogar con la obra de estos pensadores tanto desde la óptica actual como en su relación con otras fuentes caribeñas.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir