Hay quienes recuerdan a los que consagraron su vida a la
enseñanza e investigación de la Historia y han hecho posible la
historiografía cubana, y agradecen a sus compañeros de aula, a sus
profesores, a la Revolución y a Fidel, el haber estudiado en la casa
de altos estudios.
Todos coinciden en que esta carrera es hija legítima de la
Revolución, imprescindible en la formación de las nuevas
generaciones.
Para conocer detalles de la especialidad, Granma dialoga
con Sergio Guerra Vilaboy, director del Departamento de Historia de
la UH.
¿Existían en Cuba escuelas de Historia antes de 1959?
"Hasta ese momento no existían estudios profesionales en
Historia, solo había una especialización en Geografía e Historia en
la carrera de Filosofía y Letras. Ello no quiere decir que no
existieran destacados historiadores, en su mayoría autodidactas,
como Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring, Ramiro Guerra y
José Luciano Franco. Otros como Julio Le Riverend, Carlos
Funtanellas o Manuel Moreno Fraginals, se formaron en el entonces
naciente Colegio de México.
"La creación de la especialidad, así como su apertura en otras
casas de altos estudios del país, dio respuesta a una necesidad y
satisfizo viejos reclamos. Significó una decisión visionaria de la
Revolución, de profundo valor y enormes consecuencias, que ha
permitido el desarrollo que hoy muestran los estudios y las
investigaciones históricas en Cuba."
¿Qué papel desempeña la Historia dentro de las Ciencias Sociales?
"Uno de los logros más sobresalientes de los estudios históricos
en Cuba, que los distingue entre las Ciencias Sociales y de otras
carreras de historia del continente, fue no solo su basamento
teórico marxista y su propósito de contribuir a la formación de
valores patrióticos y revolucionarios en las nuevas generaciones,
sino también el acento puesto en el conocimiento de una verdadera
historia universal, no eurocéntrica, que diera el peso que le
corresponde al devenir de Asia, África, América Latina y el Caribe,
así como a la historia económico-social.
"Ello explica que la Historia que se enseña en nuestras
universidades ocupe un lugar significativo dentro de las Ciencias
Sociales y se distinga de la historia aséptica, memorística y
hechológica, desideologizada, que lamentablemente predomina todavía
en muchas partes del hemisferio.
"Es innumerable la lista de los que se han graduado desde 1962 y
hasta hoy tanto en cursos diurnos, como a distancia y para
trabajadores, los que han realizado estudios de maestría y
doctorados, y los resultados académicos y científicos obtenidos por
las diferentes generaciones de egresados y de sus valiosas
contribuciones al rescate y conocimiento de nuestra historia."
Los graduados de esta especialidad han tenido y tienen un amplio
campo de trabajo como profesores en la enseñanza superior y
precedente, investigadores, asesores, promotores y analistas en
diversas instituciones, que incluyen, entre otros, centros de
educación e investigación, museos, medios de difusión masiva e
instalaciones turísticas.
Según precisa el también Académico de Número de la Academia de la
Historia de Cuba y Presidente de la Asociación de Historiadores
Latinoamericanos y del Caribe, los profesores, egresados y alumnos
de Historia celebran con verdadero júbilo estos 50 años de creada la
especialidad empeñados en ser verdaderos historiadores comprometidos
con la Revolución.