LONDRES. — Al cumplirse hoy el aniversario 30 de la guerra con
Argentina por Islas Malvinas, el primer ministro británico, David
Cameron, reafirmó la postura de su país de mantener ese territorio,
cuya soberanía reclama el Estado suramericano.
El jefe del Gabinete británico se escudó una vez más tras el
invariable argumento de que Reino Unido defiende la
autodeterminación de los habitantes del archipiélago.
Los llamados kelpers descienden de los británicos afincados en
las islas, como fieles súbditos de esa monarquía europea, tras
expulsar por la fuerza en 1833 a los anteriores pobladores, de
origen argentino.
Desde entonces, Argentina sostiene su reclamo soberano sobre ese
territorio suratlántico, eje central de una historia que desembocó
en pleno siglo XX en una guerra entre Londres y Buenos Aires en
1982.
En la actualidad, el Estado suramericano, con amplio respaldo
continental, exige su derecho sobre las islas, al tiempo que insta a
Reino Unido a resolver la centenaria disputa a través de una
negociación pacífica, a lo cual se niega la contraparte británica.
Londres ha rechazado históricamente la posibilidad de conversar
sobre la situación del territorio malvinense, en tanto ha violado
unas 40 resoluciones de la ONU, destinadas al diálogo cordial en la
búsqueda de una solución diplomática al litigio con la nación
austral.
En febrero pasado, Buenos Aires denunció ante Naciones Unidas una
militarización del área por parte de los europeos, ante el próximo
envío de uno de los más modernos buques británicos a la zona.
Pese a desestimar recientemente a Argentina como una amenaza
militar, el Ministerio de Defensa británico confirmó que el
destructor HMS Dauntless, partirá este miércoles para un período de
seis meses en el Atlántico Sur, según fuentes castrenses, un hecho
que confirma los justificados recelos argentinos.