Un discreto asunto espiritual

Leyla Leyva

Tanto en prosa como en poesía, la editora, narradora y poeta Charo Guerra (Limonar, Matanzas 1962), suele tratar espacios de lo inmediato con una peculiar visión. Sus imaginarios, aunque descansen en experiencias de vida o referentes, suelen ser marcadamente alegóricos y recrean atmósferas, ficciones, que cuesta mirar en un único sentido, y hasta en dos. El poemario Luna de los pobres, que alcanzara el premio José Jacinto Milanés 2010, presentado durante la pasada Feria del libro y ahora en librerías, puede ser el mejor ejemplo de ello.

Charo Guerra, autora de Luna de los pobres, Premio de poesía José Jacinto Milanés.

Autora, además, de los libros de poesía Un sitio bajo el cielo (Ediciones Matanzas, 1991), Los inocentes (Ediciones Vigía, 1993) y Vámonos a Icaria (Letras Cubanas, 1998), y de los cuentos Pasajes de la vida breve (Ediciones Unión, 2008), Charo Guerra ratifica que Luna... continúa un autocuestionamiento de los modos en que los seres humanos manifiestan afectos, dolores, pérdidas.

"Los textos —dice— remiten a la brevedad de la existencia; esa es la observación que comparto de manera recurrente desde que comencé a escribir: la existencia como un privilegio en el que lamentablemente no siempre reparamos."

Explica que cuando escribe no tiene mucha conciencia de lo que busca, ni a dónde va, solo siente que hay una emoción dándole vueltas, ocupando su pensamiento y que debe "recrearla". "Esas formas suelen transformarse porque someto el texto a un proceso obsesivo de auto revisión. Lo que quizás comienza siendo poema podría terminar en cuento y viceversa".

Para la poeta y narradora, la diversidad de lecturas es consustancial al texto más inocente de cualquier autor: "Creo que, invariablemente, lo que pasa por nuestra fábrica de ficciones, convertida en una pieza que parece completa y capaz de transmitir un mundo de cosas, muchas veces resulta cerrada y enigmática para el lector y, en otros momentos sucede al contrario, los textos se vuelven vulnerables en boca de otros, cuando ya son públicos".

¿Cómo te ves en el contexto de la poesía cubana de hoy?

"Escribo mucho pero publico poco. Si bien escribir poesía no es condición suficiente para sentirse poeta, la necesidad de continuar y publicar como consecuencia lógica del acto en sí, anima un compromiso con la discreción que conlleva cualquier asunto espiritual."

"Más allá de cualquier canon poético que va asentándose, legitimándose en el contexto, estoy convencida de que el tiempo y el espacio de la vida y de la poesía son generosos con quienes (en oposición incluso a sus propias hostilidades) persisten en la creación desde la sinceridad."

 

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