NACIONES UNIDAS, 22 marzo.— El Consejo de Seguridad condenó hoy
la asonada militar en Malí y demandó a sus autores que garanticen la
vida y la seguridad del presidente de ese país, Amadou Toumani Toure.
En una declaración de prensa, ese órgano de 15 miembros repudió
la toma por la fuerza del poder de un gobierno democráticamente
electo por parte de algunos elementos de las fuerzas armadas
malienses.
Asimismo, exigió el retorno de los militares a sus cuarteles y la
liberación de todos los oficiales detenidos.
Los miembros del Consejo de Seguridad reclamaron la inmediata
restauración del orden constitucional y del gobierno electo de
manera democrática en ese país, así como la preservación del proceso
electoral en marcha.
Al mismo tiempo, exhortaron a todas las partes involucradas en la
crisis a mantener la máxima contención y la calma y a evitar la
violencia.
También dieron la bienvenida a los esfuerzos desplegados por la
Unión Africana y la Comunidad de Estados de África Occidental para
tratar de resolver la situación en Malí y subrayaron la necesidad de
respetar la soberanía, unidad e integridad territorial de esa
nación.
Poco antes del pronunciamiento del Consejo de Seguridad, el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, emitió un comunicado de
condena a la rebelión de los militares en Malí y exigió la inmediata
restauración del orden constitucional
El titular del organismo mundial rechazó el anuncio hecho por los
golpistas sobre la disolución de las instituciones gubernamentales y
la suspensión de la Constitución y los llamó a evitar un incremento
de la violencia y la desestabilización del país.
Según reportes recibidos en la sede de la ONU, la asonada militar
fue ejecutada por elementos de las fuerzas armadas opuestos a la
forma en que el gobierno enfrenta a los grupos de la etnia tuareg en
el norte del país.
Los rebeldes tomaron el Palacio Presidencial y las instalaciones
de la radio y la televisión estatales, destituyeron a ministros del
gabinete y decretaron el toque de queda.