En medio de fuertes tensiones en Afganistán en torno a la
presencia militar extranjera, el Consejo de Seguridad extendió por
un año más la permanencia allí de la llamada Misión de Asistencia de
la ONU, de carácter político.
La decisión de prorrogar la labor de ese contingente estacionado
en el país asiático desde 2002 fue adoptada por unanimidad de los 15
miembros de ese órgano de la ONU encargado de la paz y la seguridad
internacionales, reporta Prensa Latina.
El acuerdo subrayó que la renovación del mandato tiene plenamente
en cuenta el proceso de transición en ese país y apuntó la necesidad
de respaldar al gobierno para que asuma la dirección de los ámbitos
de la seguridad, la gobernanza y el desarrollo.
Asimismo, ratificó la cooperación entre la Unama y la llamada
Fuerza Internacional de Asistencia de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, una relación a todos los
niveles y en todo el país en apoyo de la transición en curso.
La presencia militar de Estados Unidos y la OTAN constituye en la
actualidad uno de los más espinosos problemas que enfrenta el
gobierno de Kabul, sobre todo a raíz de diversos actos ofensivos
cometidos por soldados norteamericanos.
El más reciente fue el asesinato de 16 civiles afganos, en su
mayoría mujeres y niños, por el sargento estadounidense Robert Bales,
del tercer regimiento de infantería, el pasado día 11 en la
provincia de Kandahar.
Tres semanas antes, un grupo de soldados, también
norteamericanos, de la base de Bagram dieron fuego a varios
ejemplares del Corán, lo que desató una ola de protestas de la
población musulmana, con saldo de decenas de muertos.
Ese agravio estuvo precedido a principios de enero por la
difusión de imágenes que mostraron a un grupo de militares de
Estados Unidos que orinaban sobre talibanes muertos.
Se trata de hechos injuriosos ocurridos en los tres meses
transcurridos de 2012 y que tensaron a niveles casi extremos la
relación con el gobierno, pero que ni siquiera aparecen insinuados
en la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad.
Sin embargo, el nuevo enviado especial de la ONU para Afganistán,
Jan Kubis, opinó ante los periodistas en Nueva York que esos
acontecimientos pertenecen al ámbito bilateral entre el gobierno y
las fuerzas militares de Estados Unidos y la OTAN, y no a la Unama.
Aunque aclaró que esos tres cuerpos presentes en el país asiático
tienen los mismos objetivos.
La resolución dedica 37 párrafos declarativos a detallar los
principales aspectos de la situación en el país y las acciones
realizadas a nivel nacional e internacional y otros 48, algunos con
varios acápites, al contenido resolutivo del acuerdo.
Entre ellos hay varios dedicados a la preocupación de la ONU por
el perjuicio de que el cultivo de la adormidera y la producción,
tráfico y consumo de opio ocasionan a la seguridad, el desarrollo y
la gobernanza del país y a nivel regional e internacional.
Según informe presentado por el secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon, al Consejo de Seguridad, la superficie cultivada de
adormidera o planta del opio aumentó en 2011 a 131 mil hectáreas, un
siete por ciento por encima de 2010.
Se estima que la producción de opio el año pasado llegó a las
cinco mil 800 toneladas, un 61 por ciento más que las tres mil 600
toneladas calculadas en 2010.
En cuanto a decomisos de la droga, el documento señala la captura
de casi 53 toneladas de opio, unas 33 de heroína, 60 de hachís, 29
de morfina y 112 de precursores químicos y el arresto de 963
sospechosos, entre ellos siete extranjeros.
Sobre el problema, el Consejo de Seguridad exhortó a la
cooperación internacional y regional contra la producción, tráfico y
consumo de drogas ilícitas procedentes de Afganistán, así como
frente a la corrupción y el blanqueo de dinero relacionados.
La oficina de la ONU contra la droga y el delito reveló en enero
pasado que la producción de opio en Afganistán generó ingresos por
mil 400 millones de dólares (nueve por ciento del Producto Interno
Bruto afgano).
Ahora, los ojos de Naciones Unidas miran hacia la próxima cumbre
de la OTAN sobre Afganistán, a celebrarse en mayo en Chicago para
examinar la forma futura de las instituciones de seguridad afganas y
el apoyo que necesitarán, según anunció Ban Ki-moon.