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Lograr una oportunidad para todos
Así funciona el trabajo docente-educativo de la
escuela especial provincial René Vilches Rojas
OLGA DÍAZ RUIZ
olga@granma.cip.cu
La
sensibilidad de quienes escuchan con el corazón une a profesores y
alumnos de la escuela especial para la atención educativa a
escolares sordos e hipoacúsicos y microuniversidad René Vilches
Rojas, única de su tipo en la capital, donde estudian actualmente 13
niños sordos con implante coclear.
Fundado en 1989, este centro prepara para la vida y para su
tránsito a la enseñanza general a 91 estudiantes de las enseñanzas
primaria y secundaria, provenientes de los 15 municipios habaneros.
A partir de este curso, se incorporan a esa matrícula 11 jóvenes con
deficiencias auditivas que componen un aula anexa de oficios en la
que reciben las especialidades de carpintería, elaboración de
alimentos y confecciones.
Con todos ellos se trabaja para lograr determinados grados de
independencia desde la atención individualizada y diferenciada a
cada estudiante.
En este sentido, la René Vilches cuenta también con un salón
especial para niños con discapacidades múltiples como retraso
mental, trastornos de conducta o psiquiátricos, rasgos autistas y
deficiencias visuales; y garantiza, además de la base material de
estudio y de vida y de los medios de enseñanza, los servicios de
transporte, alimentación y atención médica primaria y especializada.
Rita Simón Valdés, directora del plantel desde hace más de ocho
años, explicó a Granma que "aquí los educandos reciben las
asignaturas del currículo de la Educación General Primaria,
profundizando en el trabajo correctivo compensatorio en función del
desarrollo de sus habilidades comunicativas (aprenden la lectura de
labios y a discriminar sonidos de instrumentos musicales, ruidos y
sonidos del ambiente y voces onomatopéyicas, entre otras) como
alternativas de comunicación, y se considera la lengua de señas como
primera lengua y medio principal para acceder al resto del
conocimiento".
Entre las principales tareas de los 42 docentes y especialistas
destaca el programa de aprovechamiento de la audición residual de
escolares sordos e hipoacúsicos, que desde mayo del 2008 se pone en
práctica para viabilizar la adquisición de conocimientos, facilitar
su integración social activa, y elevar la calidad de la atención
educativa y de vida de los alumnos, comentó.
TRABAJO CON IMPLANTES COCLEARES
Como resultado de la puesta en marcha del Programa Nacional de
implantes cocleares, la escuela comenzó a trabajar con niños sordos
implantados en la incorporación paulatina del lenguaje oral desde el
2005, aseguró Simón, y añadió que desde esa fecha la institución
educativa atiende niños implantados de diferentes edades a los que
prepara para insertarse en la enseñanza general.
"La inserción de los niños con implante coclear en nuestras aulas
ha impulsado además la evolución de los no implantados, que se
motivan y realizan un mayor esfuerzo por utilizar al máximo su
capacidad residual de audición", precisó.
Según Simón, este programa requiere de los profesores y
especialistas del centro un mayor nivel de entrenamiento y
especialización en el desarrollo de sus funciones; un trabajo
constante y sistemático de superación profesional que les ha
permitido obtener importantes resultados, y en el que la familia y
la comunidad desempeñan un rol fundamental.
El implante coclear se introdujo en el país a través del Centro
de Neurociencias de Cuba y consiste en un sistema auditivo de dos
componentes: externo e interno, que puede representar para las
personas con disminución de la capacidad auditiva la posibilidad de
oír.
Hasta la fecha, suman 234 los niños y adolescentes diagnosticados
como pacientes con sordera severa y profunda, que no responden a
prótesis convencionales, beneficiados con el programa de implantes
cocleares. |