Como fenómeno demográfico, el envejecimiento poblacional ha
devenido desafío para los sistemas de salud pública, avocados a
trazar estrategias de promoción, prevención, atención,
rehabilitación y cuidados a largo plazo para los adultos mayores.
En ese contexto, y asociado a este acelerado envejecimiento,
durante los últimos 20 años se aprecia también un incremento de las
demencias, entre ellas el Alzheimer, considerado por numerosos
especialistas como la crisis más trascendente para la salud mundial
en el siglo XXI.
Cuba no escapa a este proceso, siendo hoy el segundo país más
envejecido de América Latina, con un 17, 9 % de su población
(alrededor de 2 millones 14 mil personas) por encima de los 60 años
de edad. Es en esta etapa de la vida donde la probabilidad de
desarrollar esta enfermedad aumenta.
Resulta entonces oportuna la investigación que desde hace 10 años
desarrolla el Centro de Estudios del Alzheimer de la Universidad de
Ciencias Médicas, del Ministerio de Salud Pública, ante la necesidad
urgente de profundizar en el estudio de las demencias, sus factores
de riesgo, probables causas y su impacto en las familias.
Explicó a Granma el Doctor en Ciencias Médicas Juan de J.
Llibre Rodríguez, presidente de la Sección Cubana de Alzheimer, que
al ser Cuba un país en vías de desarrollo con indicadores de salud
similares a los de naciones del primer mundo, y por tanto con un
rápido envejecimiento de su población total, este proyecto adquiere
vital importancia.
Galardonado en investigación aplicada en el 36 Concurso Premio
Anual de la Salud 2011, propuesto como resultado de la Ciencia y la
Innovación 2011, y reconocido por la Asociación Mundial de Alzheimer
como uno de los estudios más importantes que se realizan sobre el
tema, el proyecto "permite estimar el número de personas enfermas y
trazar estrategias de salud dirigidas tanto a los pacientes como a
sus familias, además de trabajar en la prevención y el desarrollo de
servicios de salud", señaló Llibre Rodríguez.
Como parte de la investigación —especifica el doctor Llibre
Rodríguez— se encontró una elevada frecuencia de enfermedades
crónicas no trasmisibles en los adultos mayores estudiados y se
constataron los diversos factores de riesgo a que se asocian las
demencias.
"Entre ellos sobresalen la edad avanzada, los antecedentes
familiares o susceptibilidad genética, la hipertensión arterial no
controlada, la diabetes mellitus, los trastornos lípidos, la
obesidad en la edad media elevada de la vida (40-50 años), el hábito
de fumar, las enfermedades cerebro-vasculares, así como la poca
estimulación intelectual y falta de actividad física."
Frente a tal desafío, el Sistema de Salud Pública cubano ha
potenciado en los últimos años un conjunto de estrategias
preventivas, con el fin de reducir los factores de riesgo, y con
ello el impacto del envejecimiento. Numerosos espacios se han
abierto para incentivar la actividad física tanto en niños, jóvenes
como adultos mayores, y fomentar estilos de vida saludables.
Si bien en la actualidad no existe cura para el Alzheimer y otras
demencias, su curso puede ser enlentecido mediante tratamiento. Al
respecto, insistió el doctor Llibre Rodríguez en la importancia de
incrementar la promoción, información, capacitación de los
profesionales de la salud y educación de las familias en el rol que
representan ante la prevención y el diagnóstico temprano de la
enfermedad.
Está demostrado que los cursos y programas dirigidos a la
familia, la preparan para enfrentar las diversas fases del Alzheimer,
reducen el estrés de los cuidadores y mejoran la calidad de vida.
Diversos diplomados se imparten además a los profesionales de la
salud con el fin de potenciar el pensamiento médico sobre este
padecimiento.
Para el doctor Llibre Rodríguez hay elementos que resultan
protectores y esenciales, como la actividad intelectual y física
mantenida, que permiten la estimulación cognitiva, así como el
intercambio social en la edad avanzada de la vida. "La participación
activa en los Círculos de Abuelos es, por ejemplo, uno de los
elementos motivadores para enfrentar nuevas tareas con el
envejecimiento", explicó.
Las estructuras que facilitan la atención de estos pacientes
están creadas desde la Atención Primaria de Salud. Tanto la
evaluación del médico de la familia, como la valoración de los
Equipos Multidisciplinarios de Atención Gerontológica o los Centros
de Salud Mental, son de vital importancia en el diagnóstico oportuno
de la enfermedad.