Estados Unidos está moviendo hilos mayormente diplomáticos para
derrocar al actual gobierno de Siria, aseguró este miércoles el jefe
del Pentágono, Leon Panetta, durante una audiencia especial ante el
Senado.
El Secretario de Defensa debió responder preguntas sobre el tema
en una sesión del Comité de Servicios Armados y reconoció que no
existe consenso entre países aliados de Washington en cuanto al
inicio de una intervención militar contra Damasco, reporta Prensa
Latina.
Para nosotros actuar unilateralmente podría ser un error, sería
una operación con fuerzas limitadas y demasiadas contingencias para
los soldados en el terreno, subrayó Panetta. No obstante -afirmó-
varias opciones militares siguen siendo consideradas.
Con anterioridad, el senador conservador por Arizona John McCain
instó a la administración de Barack Obama a acelerar el uso de la
fuerza contra el presidente sirio Bashar al-Assad, cuyo
derrocamiento -dijo- sería un golpe estratégico y geopolítico de
primer orden.
El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto,
adelantó que entre las variantes evaluadas están el establecimiento
de zonas de prohibición aérea y marítima y los llamados bombardeos
quirúrgicos contra determinados perímetros en Siria.
Desde hace semanas el Departamento de Defensa de Estados Unidos
ha estado planeando un rango de acciones ante un eventual flujo de
refugiados o la supuesta necesidad de ayuda médica de forma masiva
solicitada por personal en Damasco.
El abanico de alternativas no excluye un ataque militar con
fuerzas especiales y en coordinación con aliados de Washington como
Turquía y otros integrantes de la OTAN, indicaron medios de prensa
como la cadena CNN y la radio nacional NPR.
Según asesores de la Casa Blanca, este movimiento del Pentágono
es una iniciativa independiente de esa institución federal, con el
objetivo de presentar opciones sobre Siria al presidente Obama en
caso de que el Ejecutivo las requiera.
Nuestros planes militares tienen un amplio espectro de variantes,
aunque todavía pensamos que la diplomacia es una vía útil, apuntó la
vocera del Pentágono Chris Perrine.
Congresistas conservadores como McCain y Lindsey Graham pidieron
a Obama resoluciones más contundentes sobre la nación levantina y,
en lo inmediato, suministrar armas a grupos subversivos que el
gobierno de al-Assad califica de terroristas.
A inicios del mes pasado Estados Unidos cerró su embajada en
Siria, sacó a todos sus diplomáticos y recomendó a los ciudadanos
norteamericanos no viajar o salir de ese territorio en el Oriente
Medio.
La administración Obama ha criticado lo que califica como una
escalada de la violencia de militares sirios contra civiles e
intentó condenar al presidente al-Assad en el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas.