Los mercados financieros internacionales concentran hoy la
atención en los esfuerzos por reajustar la deuda soberana de Grecia,
como parte de la estrategia tendente a evitar una situación de
iliquidez en ese país de la Eurozona.
Según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), un fracaso en
esa operación dejaría como saldo perdidas cercanas al billón de
euros, además de extender los efectos negativos a las restantes
naciones vinculadas a la moneda única.
Esa iniciativa, indicaron expertos, implica una reestructuración
récord en materia de deuda soberana al contemplar una reducción en
torno a los 120 mil millones de dólares.
El IIF recordó que hasta el momento el mayor volumen comprometido
en una operación de ese tipo correspondió a Argentina, que mostraba
un débito de 82 mil millones de dólares en enero del 2002, cuando
cayó en una situación de cese de pagos.
La Eurozona necesita una participación de al menos el 75 por
ciento de los bancos e instituciones privadas en el canje de los
títulos de la deuda para garantizar la efectividad de la iniciativa,
señaló Prensa Latina.
Al respecto, los analistas recordaron que a finales de mes vencen
obligaciones del debito griego por unos 15 mil millones de euros, de
ahí la importancia de evitar un escenario de iliquidez.
Grandes bancos de Grecia y la Eurozona ya manifestaron su
disposición a aceptar la iniciativa, si bien algunos pequeños fondos
de pensiones se negaron a condonar la parte prevista del debito.
Las autoridades de Atenas aumentaron las presiones tras advertir
que el programa económico del país no incluye recursos para cumplir
con aquellos acreedores privados que rechacen participar en la
operación.