Los movimientos de tierra con explosivos para construir una base
naval en la meridional isla surcoreana de Jeju fueron recibidos hoy
con fuertes protestas protagonizadas por residentes, parlamentarios
de la oposición y defensores del medio ambiente que rechazan el
proyecto.
Esos sectores acusan a la Marina de Guerra de destruir un tesoro
medioambiental y piden la retirada del plan y advierten sobre sus
consecuencias para la vida marina y las rocas formadas por una
actividad volcánica poco común.
El proyecto prevé construir un puerto para 20 buques de guerra,
entre otros navíos, en la localidad de Gangjeong, en el extremo sur
de esa ínsula, reportó Prensa Latina.
Según se informó aquí, la policía detuvo a varios activistas y
pobladores de la zona por obstruir la entrega de explosivos para las
labores constructivas y dispersó a cerca de 100 personas que
trataban de impedir el suministro.
Para garantizar el inicio de estas tareas a la zona fueron
enviados alrededor de mil agentes de esa fuerza con la misión de
contener las protestas contra las explosiones en la roca Gureombi.
La Marina de Guerra planea utilizar 43 toneladas de pólvora para
allanar dos áreas en los próximos cinco meses.
Ante el aumento de las protestas, el gobernador de la isla, Woo
Keun-min, pidió al gobierno central la suspensión del proyecto.
La aprobación del trabajo con explosivos provocará conflictos
entre la población, la Marina de Guerra y la Policía, advirtió Woo.
Tras permanecer detenida durante años por el rechazo que provoca,
la construcción de esa instalación comenzó en 2011 en Gangjeong, con
el pronóstico de concluirla en 2015.
Muchas de las personas opuestas al proyecto, iniciado en 2007,
estiman que Seúl cedió a presiones de Washington, interesado en
establecer una mayor presencia militar próxima a China, según
denuncian.