El dramaturgo inglés William Shakespeare inmortalizó la frase
"¡Mi reino por un caballo!", que supuestamente profirió el rey
Ricardo III cuando cayó de su montura y quedó rodeado por sus
adversarios en la batalla de Bosworth. Más de medio milenio después,
otro equino hace temblar el puesto del primer ministro británico,
David Cameron.
El gobernante admitió recientemente haber montado la yegua Raisa,
que fue prestada por Scotland Yard (Policía de Londres) a la ex
redactora jefe del periódico News of the World, Rebekah Brooks,
considerada la mano derecha en Londres del magnate Rupert Murdoch y
quien se encuentra en libertad condicional en conexión con un grave
escándalo de corrupción en la prensa.
Cameron había negado tener alguna relación con el animal, pero
ante las evidencias se vio obligado a admitir que lo utilizó en
compañía del esposo de Brooks, Charlie, con quien comparte amistad
desde que coincidieron en la prestigiosa escuela de Eton.
El "Horsegate" (horse es caballo en inglés) —como llama la prensa
británica a este escándalo en referencia al caso Watergate que
provocó la renuncia del presidente estadounidense Richard Nixon—
volvió a poner sobre el tapete la sospechosa amistad entre la prensa
y la policía británica, que incluso se intercambian presentes como
Raisa.
Una comisión especial a cargo del juez Lord Leveson investiga a
varios oficiales que habrían recibido sobornos de reporteros a
cambio de información, lo cual ha dejado cerca de una decena de
periodistas detenidos.
Más allá del carácter anecdótico de la historia, el "Horsegate"
hace a muchos preguntarse hasta dónde llegan los vínculos del líder
conservador y el grupo Murdoch, una relación cuyas consecuencias
bien podrían llevar a exclamar al mandatario: ¡Mi Gobierno por un
caballo!