El reordenamiento de la Unión de Empresas de Comercio y
Gastronomía de La Habana deberá garantizar una mejor gestión y
control de sus recursos, una mayor precisión en la contratación y un
incremento en la gestión comercial en la ciudad.
Los planes de actividad comercial en este territorio, que
concentra el 25 % del total del país, tendrán un mayor peso este año
en las ventas del mercado paralelo, tanto de productos industriales
como alimenticios.
En esta categoría se incluyen los programas iniciados el pasado
año como la venta de materiales de la construcción (con un alto
componente social al destinar una parte de lo recaudado a los
subsidios para la actividad constructiva), la venta de insumos
agrícolas, de productos de aseo y de renglones alimentarios
liberados de la canasta básica, la mayoría de ellos incumplidos en
el 2011. En opinión de su director Julián Sebastián Hernández de
Rey, las empresas necesitan concentrar sus esfuerzos en optimizar la
comercialización de estos productos líderes.
También tienen por delante garantizar el desarrollo y
fortalecimiento de los nuevos modelos de gestión.
Las exigencias al sector del comercio se incrementan en cuanto a
calidad y sistematicidad en los ciclos de comercialización. De ahí
que a los proveedores, en el otro extremo, también deba subírseles
la parada, opina este directivo.
En este sentido la rigurosidad en la contratación es un aspecto
esencial a tener en cuenta, definiendo con mayor precisión las
condiciones de entrega y de facturación, el precio, la calidad,
entre otros indicadores.
El contrato como instrumento jurídico, según señalan miembros de
la dirección jurídica de la Unión de Empresas de Comercio debe
consolidarse, así como la relación entre el personal administrativo,
encargado de las negociaciones y concertaciones con los proveedores,
y los abogados.
En cuanto al control de los recursos financieros y materiales, la
mayoría de las inspecciones y auditorías, tanto internas como
externas, evidenciaron deficiencias en una gran parte de los casos
evaluados.
Es por tanto el control económico uno de los aspectos que mayor
esfuerzo reclama de los directivos y cuadros de esta Unión. Para
ello desempeña un rol fundamental la optimización de los mecanismos
de fiscalización de las operaciones económicas y comerciales que
comienzan por garantizar que esté bien confeccionada la
documentación primaria de cada unidad de base y que se le exija por
ella a cada administrador.