BUENOS AIRES, 29 febrero.— El gobierno argentino propuso hoy que
la Unión Europea analice con la Unión de Naciones Suramericanas el
reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas ocupadas por Gran
Bretaña, e inviten a las partes a reiniciar negociaciones.
La propuesta está contenida en un comunicado difundido aquí por
el Ministerio de Relaciones Exteriores al conocerse que el Reino
Unido apelará a la Unión Europea para informar sobre los recientes
acontecimientos en la controversia entre ambos países.
Argentina se complace de que el Reino de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte hayan, finalmente, recurrido a un foro para buscar una
solución diplomática a la Cuestión Malvinas, agrega el texto.
Recuerda asimismo que en numerosas oportunidades la Asamblea
General de las Naciones Unidas ha instado a ambas partes a reiniciar
negociaciones sobre el tema, lo cual ignora Gran Bretaña poniendo en
riesgo las instituciones de la gobernanza multilateral.
En opinión de la Cancillería argentina, la decisión británica
también dará ocasión a los miembros de la UE a comprobar las
violaciones de resoluciones de la ONU por parte de Gran Bretaña,
debido a la explotación de recursos naturales en zonas en disputa de
soberanía.
La Argentina, reitera la nota, invita a la Unión Europea a
aprovechar esta oportunidad para convencer al Reino Unido a que
acepte el mandato de buenos oficios del Secretario General de
Naciones Unidas y lograr que las partes recomiencen las
negociaciones.
El diferendo por las Malvinas escaló en los últimos meses ante el
constante desarrollo, por parte de Inglaterra, de actividades
ilícitas económicas y unilaterales en la zona disputada, así como
por el reforzamiento de su presencia militar en el Atlántico Sur.
En enero de 1833 la flota británica ocupó por la fuerza las Islas
Malvinas y desalojó de forma generalizada a la población y a las
autoridades argentinas, que pacífica y activamente ejercían los
legítimos derechos que le corresponden.
Argentina, recordó en fecha reciente el canciller Héctor Timerman,
nunca consintió este despojo. Se trató de un vergonzoso acto
imperialista, inscripto en la voluntad expansionista de la corona
británica.