La operación concluyó con el arresto de unas 20 personas y se
registraron enfrentamientos entre inconformes y agentes policiales,
aunque la gendarmería londinense lo calificó como un operativo de
"expulsión pacífica", indicó PL.
La portavoz y asesora legal del movimiento Ocupa Londres, Kai
Wargalla, lamentó la dura actuación policíaca y afirmó que pese a
ello el movimiento seguirá luchando.
El Tribunal Superior de Londres aprobó en enero pasado una medida
legal para expulsar a los activistas. Los indignados apelaron sin
éxito la moción, pero reivindicaron su derecho a permanecer en el
lugar.
Emulando a sus pares de Estados Unidos y otras naciones de
Europa, muchos jóvenes londinenses se indignaron ante la actuación
del sector financiero, que tuvo que ser rescatado con dinero de los
contribuyentes y sigue obteniendo ingentes ganancias económicas pese
a ser el principal responsable de la actual crisis.