Aunque su gran sueño es llevar la música cubana a todos los
rincones del mundo, según declaró a la prensa durante la
presentación en el Palacio de la Rumba, de su disco Todo es
posible (Bis Music, Artex), lo más inmediato para el cantante
pinareño Wil Campa se sitúa en lograr ser profeta en su tierra.
Para ello cuenta con este fonograma que resume sus inquietudes
actuales, junto a la orquesta Gran Unión, y apoyado en el trabajo
desarrollado por el maestro Joaquín Betancourt, quien tuvo a su
cargo la producción musical de una realización en la que participó,
además, el sello disquero canadiense Revolution Productions.
Luego de formar parte de dos importantes agrupaciones musicales,
la primera, el grupo Cumbre, de su tierra natal, y la segunda, la de
Orlando Valle, Maraca, de la cual fue cantante por 16 años y con la
que participó en los discos Descarga Total, Tremenda rumba
(nominado en el 2002 para el Grammy anglosajón) y Soy yo,
Wil Campa decidió en el 2005 formar su propia agrupación.
En el 2011 se presentó con éxito en el Festival Expo Latino de
Calgary, Canadá. Más tarde al girar por Estados Unidos fueron bien
acogidos en San Francisco y en Seattle.
"Mi música está influenciada por los estilos de la música popular
bailable que van desde a los 40 a los 70 —explicó—. No compongo,
pero siempre que un tema sea bueno y me guste, no dudo en
incorporarlo a mi repertorio. Quisiera satisfacer a nuestros
bailadores. Pensando precisamente en ellos, incluí varios temas de
Gerardo Enrique Rodríguez Francisco, quien hizo los arreglos de los
diez temas del disco, de los cuales siete son de su autoría. Las
restantes obras las escribió Israel Morales".
Wil Campa y su Gran Unión, recorrerán a partir del primero de
abril toda la Isla, oportunidad ideal para demostrar su amor por su
tierra, su pasión por el son, la rumba, la conga, el bolero, la
salsa y hasta el jazz. Entretranto espera por la pegada de números
como Traigo, Cuídala, y Mis dos Habana.