Cuidar el patrimonio arquitectónico

Realizar acciones de bien público no justifica que se obvie la preservación del patrimonio de las edificaciones

RAQUEL MARRERO YANES

El edificio López Serrano ubicado en la calle 13 esquina a L, en el barrio capitalino del Vedado, fue por mucho tiempo el más alto de la capital cubana y el primer rascacielos de apartamentos de lujo.

Foto: Otmaro Rodríguez DíazPara el montaje del nuevo sistema de ascensores se fueron eliminando las puertas originales y los enchapes de mármol que rodeaban los vanos.

Tal vez pocos sepan que en el piso 14 (la torre) del inmueble vivió el líder del Partido Ortodoxo Eduardo René Chibás, desde febrero de 1944 hasta su muerte, el 16 de agosto de 1951 y que allí desarrolló su más intensa labor pública.

La edificación, construida en 1932, se hizo inspirada en el estilo Art Deco. Su vestíbulo luce un diseño integral y lujoso, con mármoles rojos, piso de terrazo y un panel central al fondo en acero-níquel, bronce y esmaltes de colores.

A ambos lados del panel decorativo central se encuentran las puertas de los ascensores, de acero inoxidable con una franja decorativa, y las de acceso a los pisos que son de madera, las cuales están siendo sustituidas para montar un nuevo sistema de ascensores.

COSTO DE UN BENEFICIO

Para beneficio de los moradores, a finales del 2011 llegó una brigada de la Empresa Provincial de Mantenimiento y Reparación de Ascensores (UNISA), del Poder Popular de La Habana, con la encomienda de cambiar los dos ascensores que hacía años no funcionaban.

En una primera etapa se desmontó uno y se instaló el nuevo, para lo cual fue necesario eliminar las puertas del sistema original porque no eran compatibles, lo cual afectó la marquetería de las puertas de madera y los enchapes de mármol que rodeaban los vanos.

María del Carmen Pérez, directora de la oficina de Monumentos y Bustos, y Otto Rondín, secretario ejecutivo de la Comisión de Monumentos, ambos de La Habana, confirmaron que el edificio López Serrano inscrito en el inventario nacional de construcciones y sitios con grado de protección No.1, está amparado por la Ley No. 2 de los Monumentos Nacionales y Locales. Además está localizado en una zona del Vedado protegida por la Comisión Nacional de Monumentos, en virtud de la Resolución 154/1999, la cual le atribuye a la Comisión la aprobación de acciones en sus inmuebles, siempre que sean de restauración.

"En ningún momento la Unidad Provincial Inversionista de la Vivienda (UPIV), encargada de la contratación de la brigada de UNISA, solicitó permiso alguno para realizar los trabajos", asegura Rondín.

Recientemente Granma conoció que la obra se mandó a paralizar por la UPIV, cual estuvo al tanto del problema cuando fueron contactados para la búsqueda de explicaciones sobre el daño a que estaba siendo sometida la edificación, que aunque integra la categoría de edificios múltiples, tiene valor patrimonial.

Aparejado a esas acciones, los vecinos han detectado insólitos actos de indisciplina social contra el patrimonio arquitectónico: a la sombra de una débil vigilancia, y al poco sentido de pertenencia, el edificio fue despojado de los indicadores de los ascensores y lámparas.

Así como la respuesta al vandalismo no puede ser la actitud contemplativa, el hecho de querer realizar una acción de bien público no puede justificar chapucerías.

Casos como este no deben repetirse. La preservación de nuestras riquezas patrimoniales no puede depender únicamente del esfuerzo y gestión de una oficina o una empresa, sino de la voluntad de todos, en tanto se trata de un bien colectivo.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir