GINEBRA. — Siria abandonó este martes la reunión del Consejo de
Derechos Humanos de la ONU donde se analiza la situación en ese país
y denunció el objetivo de apoyar a los grupos armados y propiciar la
intervención extranjera.
El único objetivo de este período de sesiones es atizar las
llamas del terrorismo y potenciar la crisis en mi país con medidas
de apoyo a grupos armados, dijo el embajador de Damasco, Faisal al-Hamwi,
antes de salir de la sala.
Al-Hamwi calificó como estéril el debate y alertó que, detrás de
la presión internacional para que se permita la entrada al país de
organizaciones de asistencia humanitaria, está el deseo de una
injerencia militar para propiciar un cambio de gobierno.
Advirtió de que las "graves distorsiones del concepto de la
protección humanitaria y la protección civil" han servido de
argumento a algunos países en el pasado para "encubrir
intervenciones armadas flagrantes".
Estamos ante un plan preestablecido para atacar al Estado sirio y
sus instituciones bajo el pretexto de las necesidades humanitarias",
agregó el embajador.
Añadió que si alguien quiere ayudar a Siria, debe "dejar de
incitar y alentar el sectarismo y de suministrar armas y fondos a
grupos armados, enfrentando a los sirios los unos contra los otros".
En la reunión, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos,
Navi Pillay, asumió la misma postura de Occidente de condenar
únicamente al gobierno y no a los grupos armados, al tiempo que
eludió referirse al veto de Rusia y China a una resolución en el
Consejo de Seguridad por considerarla una injerencia en los asuntos
internos de un país soberano.