Más allá de los seis títulos, cuatro platas y cinco bronces,
conseguidos por nuestros 16 luchadores en el Campeonato
Panamericano, lo sucedido en Colorado Springs, Estados Unidos, da la
medida de sobre cuáles divisiones hay que trabajar con mayor
intensidad de cara al preolímpico de Kissimmee, Orlando (23-25 de
marzo).
Dada la paridad existente en algunas divisiones no se asistió a
la lid continental con las cartas olímpicas, pero el hecho de solo
poseer tres cupos de cara a Londres, exigirá de los gladiadores y
entrenadores la puesta a punto de todo su arsenal, sobre todo en los
60, 74 y 96 kg del estilo greco, los 55, 84, 96 y 120 de la libre y
en los 55 de la femenina, donde la espirituana Yamilka del Valle no
pasó del noveno escaño. Máxime teniendo en cuenta que los dos
finalistas en Orlando obtendrán visado hacia la capital británica.
Las coronas en suelo del Gran Cañón fueron para los exponentes
clásicos Javier Duménigo (55), Ismael Borrero (60), Pedro Isaac
(66), Yasmani Lugo (96) y Mijaín López (120), su octava en estos
certámenes. Por los libristas, únicamente Yowlys Bonne (60) rugió en
la "arena", y el resto de sus compañeros cayó ante sus homólogos
estadounidenses.
Por lo visto en estos últimos dos años del ciclo olímpico,
nuestros luchadores cuentan con suficientes argumentos desde el
punto de vista físico y técnico, pero muchas veces se apresuran a
iniciar acciones y cometen errores con ventaja en los periodos. Otro
elemento es la necesidad de asegurar cuando se encuentran arriba en
la posición de cuatro puntos o con el clinch a su favor
—imprescindible en este sentido materializar buenos agarres—,
agudizar la defensa en tal situación y controlar la postura y el
tiempo de combate.
Estos aspectos son de vital importancia, pues bajo los cinco aros
no solo enfrentarán a los mejores gladiadores de América, África,
Asia y Oceanía, en especial se medirán con los europeos, donde se
concentra la tradición y la elite de la disciplina de las llaves y
los agarres.