Una parte de los 20 millones de toneladas de escombros generados
por el devastador terremoto del 11 de marzo del 2011 en Japón
continúan esparciéndose sobre las aguas del Pacífico.
Esa cifra, estimada por las autoridades japonesas, se extiende
sobre una superficie de cuatro mil por dos mil kilómetros del mayor
oceáno del mundo, según cálculos del Centro Internacional de
Investigaciones del Pacífico, ubicado en Hawai, Estados Unidos,
reporta Prensa Latina.
Las valoraciones de los expertos señalaron que la llamada
corriente Kuroshio, equivalente a la del Golfo en el Atlántico,
parece haber contribuido al hecho y subrayaron que se mantiene una
continúa vigilancia al respecto.
Los datos aportados en ese sentido permiten prevenir la
navegación en la extensa zona y evitar cualquier accidente, pero a
la vez, son una fuente de preocupación por la contaminación
medioambiental que provocan.
A su vez, los especialistas precisaron que la información fue
obtenida de conjunto por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y
España, luego que el Gobierno de Japón autorizara tomar muestras a
30 kilómetros de sus costas.
De acuerdo con esas fuentes también se detectaron niveles de yodo
y dos tipos de cesio, aunque subrayaron que no parecen ser
perjudiciales para el ser humano y las especies de flora y fauna del
Pacífico.
El sismo del 2011 originó un tsunami que arrasó cultivos, zonas
costeras y marítimas de la región de Fukushima,cuya planta nuclear
seriamente dañada por esa causa, aún genera variables fugas
radioactivas.