Al menos cinco civiles afganos y dos soldados estadounidenses
murieron hoy durante el tercer día de protesta en varias provincias
por la quema del Corán en la base-prisión del Pentágono en Bagram,
informaron fuentes oficiales.
Con las pérdidas fatales entre los manifestantes ascienden desde
el lunes a 14 la cifra de víctimas mortales y cerca de 75 los
heridos en esas demostraciones por la profanación del libro sagrado
de la religión islámica, indicó Prensa Latina.
A raíz de esa indignación, un soldado del ejército afgano mató en
el este del país a dos soldados de Estados Unidos de la Fuerza
Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) comandada por la
OTAN.
El gobernador de la provincia de Nangahar, Haji Mohamad Hasan,
explicó a medios informativos que fuerzas de la OTAN y afganas
dispararon para dispersar a centenares de manifestantes congregados
frente a la base de Estados Unidos en el distrito de Khogyani.
Hasan precisó que, durante la protesta, un soldado afgano disparó
a la tropa e hirió gravemente a dos soldados, que más tarde
fallecieron.
Un comunicado de la ISAF confirmó que dos soldados de
nacionalidad estadounidense fueron muertos por militar afgano en el
este del país.
Según la agencia de noticias Pajwook, las demostraciones de miles
de civiles se extendieron a varias ciudades y aseguró que también se
registraron en las provincias orientales de Nangarhar y Kunar.
Esa ola de indignación estalló además en la provincia de Laghman
y en la ciudad de Jalalabad, en el este del país, pese al llamado a
la calma del presidente Hamid Karzai, así como en la capital, Kabul,
y en localidades de las provincias de Nangarhar, Laghman, Maidan
Wardak, Faryab, Valgan, Logar y Uruzgán.
Mientras, en un comunicado difundido a través del correo
eletrónico, el portavoz del Talibán, Zabihullah Mujadih, llamó a
"nuestro valiente pueblo apuntar a las bases militares de las
fuerzas invasoras, sus convoyes militares y sus bases invasoras".
Mujadih exhortó a que para defender el libro santo "Tienen que
matarlos (a los occidentales), golpearlos y capturarlos para darles
una lección y que nunca se atrevan a profanar de nuevo el santo
Corán".
"Dado que la protección de las vidas y las propiedades de los
musulmanes le corresponde a todos los musulmanes, los manifestantes
deben dirigirse contra las fuerzas invasoras y a sus instalaciones",
reiteró.
También, a la amplia condena se sumó la Loya Jorga (Parlamento)
afgana que aprobó una resolución en la cual exige un castigo severo
para los responsables de la quema del libro sagrado.
Para los musulmanes, el Corán es la palabra literal de Dios y
tratan cada libro con profunda reverencia. La profanación es
considerada una de las peores blasfemias.