Comercialización directa entre cooperativas y entidades del Turismo

Cuentas nuevas para intercambios de nuevo tipo

GERMÁN VELOZ PLACENCIA

Con una Junta Directiva cohesionada y productores que saben explotar la tierra, la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Radiel Rodríguez, de Velasco, en el municipio holguinero de Gibara, ha sacado partida a las ventas directas a instalaciones del Turismo.

Foto del autorGerardo Martínez Valdés, “El Ruso”, es uno de los productores líderes de la CCS “Radiel Rodríguez”. De primera son sus plátanos.

Según afirmaciones de su presidente, Luis Manuel Velázquez, al mes y medio del inicio de esa práctica comercial registraban ganancias por encima de los 6 000 pesos, resultado de contratos firmados con ocho entidades, entre ellos, los hoteles Río de Oro, Atlántico, Las Brisas, el complejo Faro de Gibara y la Villa Don Lino.

"Una vez por semana coordinamos con los clientes y les llevamos en nuestro camión las viandas, hortalizas y frutas, las cuales tienen mucha aceptación. Hacemos un amplio recorrido.

"Los precios pactados son estimulantes para ambas partes. Incrementamos los ingresos y ellos sustituyen productos importados, más costosos que los nuestros."

ASUMIR CAMBIOS Y APROVECHAR OPORTUNIDADES

Asegura Luis Manuel Velázquez que la luz verde otorgada a las nuevas relaciones comerciales no tomó desprovista a la cooperativa. "Fue posible acudir a los hoteles con ofertas concretas porque evaluamos a tiempo nuestro potencial, basado en la diversificación. Ahora seguimos concentrados en la selección de productores líderes, o sea, los que aseguran calidad óptima y suministro estable. Estamos perfeccionando la estrategia de siembra escalonada, de acuerdo con lo demandado, para evitar baches".

Buen explorador del terreno sobre el que tiene previsto avanzar, dice haber detectado consumo de zanahoria en conserva en los hoteles visitados, a los que propondrán sustituirla por el mismo vegetal fresco que pronto cosecharán en una prometedora parcela.

Con los pies en la tierra —sabe que las 432 hectáreas de la cooperativa pueden alcanzar mayores rendimientos en la medida en que perfeccionen la organización del trabajo y crezca la motivación de los socios— tiene en planes la creación de un local para beneficiar los productos, de manera que ganen en presentación. "Sería una fuente de empleo para la zona", expresa.

Al tanto de todo lo que conduzca a la disminución de los costos de los alimentos y satisfecho con lo recibido hasta ahora, Ricardo Rojas Mastrapa, jefe de aseguramiento del hotel Las Brisas, aboga porque se consoliden los vínculos con la cooperativa.

Yosvani Pupo Cruz, presidente de la CCS Eugenio González, próxima a la ciudad de Holguín, relata que también les ha ido bien en el comercio con los hoteles Pernik y el grupo El Bosque-Mirador de Mayabe, a los que han vendido plátano burro, boniato, col, tomate y pepino, entre otros productos.

"Los nuevos clientes son muy rigurosos en la selección, lo que indica que si descuidamos la calidad, tendrán en cuenta otras opciones. Hace muy poco nos convocaron a proveerlos con frutas típicas de la zona, es decir, anón, caimito y marañón."

Habituado a calcular acciones beneficiosas para la economía del colectivo, busca la mejor vía para llevar los productos. "Hasta ahora casi todo ha sido con tracción animal, pero cuando se incorpore a la actividad otra cooperativa cercana que tiene una camioneta, es posible que establezcamos un contrato para la transportación conjunta".

En el Mirador de Mayabe, Liset Mosqueda Reyes y Alexis Anzardo Ricardo, jefa de equipo y maestro cocinero, respectivamente, ponderan las ventajas de adquirir parte de los alimentos en las cooperativas que rodean la bella instalación. "Tenemos a mano las viandas y hortalizas que utilizamos en las comidas criollas, pero nos falta el plátano fruta, que puede cultivarse en la zona", asevera el calificado cocinero.

AVANZAR CON MIRADA CORRECTORA

Como en todo campo por labrar, en este hay obstáculos por vencer. A Julio Alberto Velázquez, cosechero de frutabomba —tiene en explotación dos hectáreas que promedian entre 60 y 65 toneladas cada una y ya plantó otras cuatro de forma escalonada— le gustaría comprar cajas plásticas, porque en las condiciones que hoy comercia son más resistentes que las de cartón, compradas a Frutas Selectas. De tenerlas, argumenta, trataría de establecer un convenio para el reciclaje en los hoteles.

Por otra parte, vuelve a aflorar entre varios productores la preocupación por el combustible necesario para transportar los productos hacia las instalaciones hoteleras. Todavía algunos, confundidos, piensan que el Estado debe asignárselo por plan a precios subsidiados. La forma de acceder a este portador energético para asegurar una relación comercial que conviene tanto a productores como a hoteleros es a través de CUPET, y los recursos para asumir este gasto deben salir de la propia ganancia que obtengan los vendedores. Claro que, al tratarse de intercambios de nuevo tipo, las cuentas que se saquen deben ser otras. Jorge Luis López Pérez, responsable de la esfera agroalimentaria en el Buró Provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), estima que el territorio cuenta con cerca de 50 cooperativas que pueden vender al Turismo. Las ubicadas en los municipios de Gibara y Banes tienen a la mano la zona turística de Guardalavaca y sus accesos. Las de Sagua de Tánamo y Frank País pueden tributar a instalaciones de Moa, entre ellas el hotel Miraflores. En Mayarí, en las montañas, hay un confortable motel.

El éxito de esta experiencia mucho dependerá de la capacidad para producir, la sagacidad de las partes para beneficiarse mutuamente y la seriedad con que se establezcan y cumplan los contratos, comenta.

 

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