El pakistaní Ajmal Kasab, único sobreviviente del comando que
ejecutó los ataques a la ciudad india de Mumbai en 2008, pedirá hoy
a la Corte Suprema de Justicia la conmutación de la pena de muerte.
Kasab, de 24 años, fue condenado en mayo de 2010 al ser
encontrado culpable de varios delitos, entre ellos guerra contra la
India, asesinato y actos de terror, advirtió Prensa Latina.
La audiencia, conducida por dos jueces del tribunal supremo de
Nueva Delhi, comenzará este martes con una declaración del defensor
de Kasab, Raju Ramachandrane, pero según fuentes judiciales el
recurso de revisión puede durar algunas semanas.
El año pasado, el tribunal superior de Mumbai confirmó la
sentencia a muerte. Si la apelación a la Corte Suprema de Justicia
no prospera, al reo le quedará como último recurso apelar a la
clemencia de la presidenta Pratibha Patil.
Aunque la pena capital está presente en su Constitución desde
1950, la India no la aplica desde 2004. Hay más de 400 presos
esperando en el corredor de la muerte.
El 26 de noviembre de 2008, un comando de 10 terroristas tomó
durante tres días varios objetivos civiles en la capital financiera
de la India, un hecho que ésta atribuyó al grupo extremista islámico
radicado en Pakistán Lashkar-e-Taiba (LeT, Ejército de los Puros) y
vinculó al Servicio de Inter-Inteligencia (ISI) de ese país.
Nueve de ellos fueron muertos por las tropas de asalto indias y
el único que sobrevivió fue Kasab, quien cumple condena en Mumbai.
En el juicio que se le siguió, la fiscalía presentó pruebas de
huellas dactilares y de ADN, así como declaraciones de testigos
oculares. Imágenes televisivas, además, lo mostraron disparando y
lanzando granadas en la estación principal de trenes de la ciudad,
donde ocurrió el episodio más sangriento.
En un inicio Kasab se declaró inocente, pero luego admitió ser
uno de los pistoleros enviados por el LeT. Posteriormente rechazó
los largos y alegó que sus declaraciones habían sido forzadas por la
policía.
Pakistán responsabiliza a siete miembros del LeT con la autoría
de los atentados, pero no los ha procesado por una alegada falta de
pruebas, lo cual ha movido a la India a calificar de farsa el
proceso.
El próximo 3 de febrero, una comisión judicial pakistaní viajará
a Mumbai para tomar declaraciones a varios testigos claves del
hecho, con el objetivo reunir más pruebas antes de iniciar un juicio
en Islamabad.
El 26 11, como se le conoce abreviadamente, causó 166 muertes y
más de 300 heridos, e interrumpió el diálogo que por entonces
llevaban a cabo la India y Pakistán para zanjar viejas rencillas
territoriales que las han conducido a tres guerras desde su
nacimiento como repúblicas en 1947.
Las conversaciones, solo reanudadas a comienzos del año pasado,
incluyeron entre sus acuerdos la realización de esfuerzos conjuntos
por esclarecer ese y otros actos terroristas.